El ultraderechista Partido Finlandés sube y se consolida como primera fuerza política, ante la crisis política originada por la huelga postal que ha hecho caer al primer ministro. El socialdemócrata Antti Rinne, que ganó las elecciones en abril por la mínima, dimite ahora después de mentir al Parlamento sobre el origen de la huelga (negó conocer los planes de un ministro para empeorar las condiciones de los trabajadores postales), tras lo cual el Partido del Centro, socio de gobierno, le retiró su confianza. Pese a esto, se espera que se produzca la formación de un nuevo gobierno con los mismos partidos y programa, descartando así un adelanto electoral.
Uno de los motivos por los que la opción de adelantar las elecciones está descartada es que, salvo a la ultraderecha, a nadie le beneficiaría. De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el Partido Finlandés se sitúa con un 22,7 % de intención de voto. La centroderechista Coalición Nacional se sitúa con un 17,3 %, aumentando su ventaja sobre los socialdemócratas, que bajan hasta el 14,6 %. Muy cerca se coloca la Liga Verde, con un 13,7 %. Por debajo se sitúan el Partido del Centro, con un 12,3 %; la Alianza de Izquierda, con un 7,9 %; el Partido Popular Sueco, con un 4,3 %; los Democristianos, con un 3,5 %; y el Movimiento Ahora, con un 1,6 %.