El Partido Laborista de Noruega, principal partido de la oposición, se mantiene como primera fuerza política, aunque pierde lo ganado en enero y reduce su ventaja sobre los conservadores. En enero, el actual gobierno tuvo que remodelarse ante la salida del populista Partido del Progreso, como consecuencia de la decisión del gobierno de repatriar a una mujer presuntamente vinculada a ISIS y a sus hijas, una de las cuales necesitaba recibir atención médica, y la entrada de los Democristianos. Ante estos cambios, que en nada afectan a la estabilidad del gobierno (pese a la salida del Partido del Progreso, estos siguen apoyando parlamentariamente al gobierno de la conservadora Erna Solberg), los conservadores bajaron ligeramente del 21 % al 19 %, mientras que Progreso subió del 10 % al 14 %.
De acuerdo con la última media de encuestas, este mes los principales cambios se han producido en la izquierda, aunque no han sido demasiado significativos. Los laboristas se mantienen como la primera fuerza política, aunque bajan más de 1 punto hasta el 23,8 %. Los conservadores se mantienen con un 19,3 % (6 puntos menos que en las elecciones de 2017). El Partido del Centro se mantiene como tercera fuerza con un 15,8 %. El populista de derechas Partido del Progreso frena su crecimiento y se sitúa con un 14,3 %. Izquierda Socialista sube ligeramente hasta el 7,5 %; el Partido Verde sube hasta el 5,4 %; el Partido Rojo se sitúa con un 4,4 %; el Partido Liberal sube hasta el 3,7 %; y el Democristiano se mantiene con un 3,7 %.