Imran Khan ya no es primer ministro de Pakistán. El líder desde 1996 del nacionalista y populista Movimiento por la Justicia (PTI), que consiguió romper el bipartidismo entre el centroizquierdista Partido del Pueblo (PPP) y la centroderechista Liga Musulmana (PML-N), perdió la moción de censura impulsada por la oposición por un margen de apenas 2 votos. Tras la retirada de varios socios de Imran Khan y la deserción de una decena de diputados del PTI, la moción triunfó con 174 votos favorables en un parlamento de 372 diputados. Se necesitaba una mayoría absoluta favorable. Es decir, 172 votos. Khan, por tanto, no completará su mandato, que acababa el próximo año. Nunca en la historia de Pakistán como estado independiente un primer ministro ha terminado su mandato.
La moción de censura llega en un contexto de crisis económica, con una inflación disparada y superando desde hace meses los dos dígitos. Además, Khan habría perdido el apoyo de los militares, con un gran poder en el país. Esto habría favorecido el éxito de la moción de censura. La moción trató de ser parada por Khan. En primer lugar, pidió al Tribunal Supremo la inhabilitación de todos los diputados tránsfugas que habían dejado su partido para apoyar la moción. En un segundo momento, Khan decidió la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas. Sin embargo, el Tribunal Supremo decidió anular esta decisión, al entender que una convocatoria electoral habiendo una moción de censura registrada suponía una vulneración de la Constitución. Khan ha denunciado durante todas estas semanas que la moción de censura era un complot extranjero contra su gobierno, el cual ha marcado distancias con EEUU y ha estrechado más lazos con China y Rusia.
Tras la moción de censura, el líder de la Liga Musulmana, Shebaz Sharif, hermano del ex primer ministro Nawaz Sharif, fue elegido como nuevo jefe de gobierno. Esta cargo lo ocupará hasta mediados de 2023, cuando expira la legislatura. El principal reto de su gobierno será afrontar la crisis económica. El nuevo ejecutivo contaría con el visto bueno de los militares. El gobierno de Sharif supondrá un nuevo giro hacia occidente en la política exterior de Pakistán, tras varios años de distanciamiento.
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