Los laboristas de Anthony Albanese se mantienen como primera fuerza política a apenas dos semanas de las elecciones. La formación de centroizquierda parte con ventaja respecto de la Coalición Liberal-Nacional. Sin embargo, en las dos últimas elecciones, de 2016 y 2019, también llegaron como primera fuerza y en ambas acabaron perdiendo. Esta vez, a diferencia de esas ocasiones, los laboristas cuentan con algo más de ventaja en el segundo voto de preferencia y no hay una tendencia de reducción de distancias entre laboristas y la coalición conservadora gobernante. Además, esta vez el líder liberal-nacional, el primer ministro Scott Morrison llega a las elecciones con una valoración negativa y más parejo en preferencias como primer ministro con el candidato laborista. En resumen, esta vez podría darse, 9 años después, una vuelta al poder del centroizquierda en Australia.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el Partido Laborista se mantiene con un 35,5 % de intención de voto, un par de puntos por encima del último resultado electoral. Por el contrario, la Coalición Liberal-Nacional se sitúa con un 33,5 %, unos 8 puntos por debajo del resultado de 2019. Los Verdes suben hasta el 12,5 %, manteniéndose como tercera fuerza nacional. El ultraderechista Una Nación se coloca con un 4,5 % y la derechista Australia Unida se sitúa con un 3,5 %. Contando las segundas preferencias de voto, los laboristas se sitúan con un 54,5 % frente al 45,5 % liberal-nacional.
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