La jornada electoral de ayer, con dos elecciones parciales (by-elections), dejó dos importantes derrotas para los conservadores. La caída de popularidad de Boris Johnson, en buena medida por el Partygate, y la elevada inflación, que está dañando a gobiernos nacionales de todo el mundo, estarían detrás de estos resultados.
Por un lado, los conservadores han perdido su escaño del distrito de Wakefield. En manos laboristas desde 1932, fue conquistado por los conservadores en las elecciones de 2019, cuando el ‘muro rojo’ se tiñó de azul. Ahora, los laboristas recuperan este escaño por un margen de 18 puntos y un swing de más de 25 puntos. El candidato del Partido Laborista ganó con un 48,4 % del voto frente al 30,3 % del candidato del Partido Conservador.
Pero la derrota más sangrante para los conservadores fue la de Tiverton and Honiton. Este distrito, creado en 1997, siempre había estado en manos conservadoras. Sin embargo, esta vez el candidato conservador perdió por 14 puntos en unas elecciones con un elevado voto táctico de los laboristas, que apoyaron al candidato liberal demócrata. Los liberal demócratas vencieron con un 52,9 % del voto frente al 38,5 % del candidato conservador.
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