Los laboristas terminan el año como primera fuerza política de Reino Unido, pese a su desgaste en los primeros meses de año. La adopción de medidas controvertidas, que el propio primer ministro Keir Starmer ha reconocido como «impopulares», se encuentra detrás de este descenso de los laboristas, contribuyendo a fugas de votantes hacia otros partidos, como Reform UK o los Verdes. Starmer ha apostado al largo plazo y ha decidido aprobar las medidas más difíciles, como las relativas al ajuste presupuestario, en sus primeros meses de mandato, con la expectativa de que en 2029, el año de las próximas elecciones generales una mejora de la situación en el país le permita revalidar el gobierno.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, los laboristas acumulan una caída de unos 6 puntos con respecto a las pasadas elecciones, situándose con un 27,5 % de intención de voto. El partido de Keir Starmer podría perder, con estos datos, su actual mayoría absoluta, pero podría continuar en el gobierno con el apoyo de los liberal demócratas. Los conservadores, por su parte, vuelven a ceder un poco de espacio después del ligero repunte tras la elección de Kemi Badenoch como nueva líder del partido. Los tories se mantienen en porcentajes similares a los de las pasadas elecciones, con un 24,5 % de intención de voto, lo que les permitiría aumentar su representación hasta los 175 escaños. El voto que están perdiendo hacia Reform UK (10-20 % según las encuestas), lo podrían recuperar con lo que obtienen de los laboristas y los liberal demócratas. Reform UK, el partido de derecha radical liderado por Nigel Farage, es el partido que más crece, empezando a disputar ya la segunda plaza en voto a los conservadores. El gran crecimiento del partido, ante la insatisfacción general con los grandes partidos del país, está siendo aprovechado por Farage, que es el líder con mejores datos de aprobación gracias al entusiasmo que genera en el electorado de su partido, algo que no sucede con el resto de líderes. Pese a ello, el crecimiento del partido podría verse limitado por el sistema electoral británico, haciendo que el partido obtuviera unos 35 parlamentarios. Los liberal demócratas se sitúan estables con respecto a las pasadas elecciones y se sitúan con un 11,5 %, con lo que podrían mantener alrededor de 70 escaños. Los Verdes crecen hasta uno de sus mejores datos históricos, registrando un 8,5 % de intención de voto, con lo que podrían revalidar sus actuales 4 escaños. El giro centrista de Starmer ya les benefició en las últimas elecciones generales, dejando un mayor espacio a la izquierda de los laboristas, permitiendo el crecimiento verde. En cuanto a los nacionalistas escoceses, se mantienen en torno al 2,5 %, pero podrían doblar su representación gracias a la caída del laborismo, que se convirtió en hegemónico en las últimas elecciones generales en Escocia.
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