Los socialdemócratas daneses de la primera ministra Mette Frederiksen aguantan como primera fuerza, aunque no consiguen repuntar tras la intensa caída en el año previo. Su alianza con los partidos del centroderecha para formar un gobierno centrista y la adopción de políticas más alejadas del progresismo les llevó a perder un sector de su electorado en favor del Partido Socialista Popular (conocido también como ‘Izquierda Verde’), que se ha consolidado este año en segunda posición después de ganar las elecciones europeas en el país.
Durante este año, Dinamarca ha tenido un crecimiento económico moderado, pero superior al del resto de país nórdicos (Finlandia, de hecho, ha estado en recesión), y mantenido una inflación moderada (por debajo del 2 %) y su estabilidad financiera, con uno de los niveles de deuda pública más bajos de la Unión Europea. Uno de los pilares de su crecimiento económico está siendo el impulso de la industria farmacéutica nacional, en la que destaca la compañía Novo Nordisk. El gobierno ha continuado sus políticas para impulsar la transición verde de la economía y está teniendo que afrontar retos como el demográfico, la falta de mano de obra cualificada o el migratorio, sobre el cual continúan manteniendo una política restrictiva, endureciendo su sistema de asilo. Además, Dinamarca está teniendo que reforzar sus sistemas de defensa, ante las alertas de amenaza rusa en el Mar Báltico. Recientemente, el gobierno anunció que también aumentaría su inversión en infraestructuras militares para la protección de Groenlandia, después de las declaraciones del presidente electo de EEUU, Donald Trump, sobre su interés por anexionarse la región.
Con todo este contexto, la intención de voto ha contado con cierta estabilidad, produciéndose ligeros cambios y mayormente dentro de cada bloque político. El actual gobierno centrista no podría repetir y quedaría muy lejos de la mayoría absoluta. La izquierda, por su parte, podría alcanzar la mayoría con el apoyo de los partidos de Groenlandia y/o Feroe, por lo que los socialdemócratas podrían seguir en el gobierno, aunque con otro tipo de gobierno. Sin embargo, las diferencias con el bloque de la derecha siguen sin ser muy amplias, por lo que en unas elecciones cualquier escenario quedaría abierto. Sin embargo, parece poco probable la inclusión del centroderechista Moderados en un mismo gobierno con partidos de la derecha radical, por lo que ese escenario podría complicar la gobernabilidad del país. Precisamente Moderados, que participa en el actual gobierno centrista, ha sido el partido que más ha caído en intención de voto durante este año, probablemente perjudicado por sus crisis internas. Por el contrario, Izquierda Verde y la derecha radical del Partido Popular han vuelto a crecer.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, los socialdemócratas se mantienen con un 19,5 % de intención de voto, 8 puntos por debajo del resultado de las elecciones de 2022. Izquierda Verde continúa en segunda posición y sube hasta el 15,5 %, acumulando un crecimiento de 7 puntos con respecto a las últimas elecciones. La libertaria Alianza Liberal sigue siendo el principal partido de la derecha, situándose con un 13 %, por encima del liberal-conservador Venstre, que repunta ligeramente hasta el 10,5 %, aún 3 puntos por debajo de las elecciones de 2022. El derechista radical Demócratas Daneses se mantiene estable con un 10 %, la izquierda radical de la Alianza Rojiverde baja ligeramente hasta el 7,5 % (aún un par de puntos por encima de su último resultado electoral), el Partido Popular crece hasta el 6 %, el Partido Conservador se sitúa con un 5,5 %, el Partido Socioliberal registra un 4,5 % y La Alternativa se queda con un 2 %.
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