Nuevo episodio de creciente tensión política en Eslovaquia. La oposición se une al completo para presentar una moción de censura contra el primer ministro Robert Fico, de la izquierda nacional-conservadora de Smer-SD, que volvió al poder tras las elecciones parlamentarias de septiembre de 2023. La coalición gobernante cuenta con una mayoría muy reducida (justo los 76 diputados que marcan la absoluta), después de una escisión sufrida por el ultraderechista Partido Nacional Eslovaco (SNS), que participa del actual gobierno. La oposición quiere aprovechar esta debilidad para poner en tensión al gobierno y presionar a los diputados que sustentan al gobierno ante la creciente impopularidad del ejecutivo en los últimos meses.
Una coalición de gobierno cada vez más débil
La moción de censura surge en un clima de crecientes tensiones políticas dentro de la coalición gobernante, compuesta por Smer-SD, Hlas-SD y el Partido Nacional Eslovaco (SNS). El presidente y exlíder de Hlas-SD, Peter Pellegrini, ha hecho declaraciones que reflejan la fragilidad de la alianza, dejando entrever posibles desacuerdos con las estrategias de Fico. Pellegrini, quien previamente ocupó el cargo de primer ministro, señaló que la estabilidad política es fundamental, sugiriendo que los problemas actuales podrían derivar en una crisis mayor si no se abordan con rapidez. Fico ha lamentado estas divisiones y ha avisado que, de mantenerse, «la única solución serían unas elecciones parlamentarias anticipadas».
Aunque ha rechazado hoy mismo la moción de censura, afirmando que no es previsible una caída del gobierno, las diferencias entre Hlas-SD y Smer-SD han sido constantes a lo largo de la legislatura. Con la moción de censura, la oposición busca también presionar a los diputados de Hlas-SD, ante la posibilidad de que algunos de ellos estén descontentos con la marcha de la coalición. En los últimos meses, hasta cuatro diputados de Hlas-SD han votado en contra del gobierno en ciertas votaciones, mostrando distancias con algunas políticas del primer ministro, como sus relaciones con Rusia. Esto se suma a la salida de tres diputados del SNS, aliado de Fico, que rechazan también dar soporte al gobierno.
El trasfondo internacional: Fico y su posición hacia Ucrania
La visita de Fico a Putin en Moscú en el mes de diciembre supuso un nuevo momento de tensión política en el país. Aunque no totalmente sorprendente, dada su conocida proximidad con Rusia, el encuentro, en medio de la guerra de Ucrania, fue duramente criticado por la oposición y recibió el reproche del gobierno ucraniano. Ambos se encuentran actualmente en una disputa a cuenta del cierre del suministro de gas ruso a Eslovaquia, tras el fin del contrato con Gazprom que permitía enviar su gas a territorios de la UE a través de Ucrania.
Recientemente, el primer ministro rechazó el ofrecimiento del presidente ucraniano Volodimir Zelenski de una visita a Kiev para discutir acuerdos sobre el suministro de gas, después de los cortes sufridos por parte de Eslovaquia. El portavoz de Fico, Ľuboš Blaha, atribuyó esta decisión a «razones prácticas», pero la prensa local y analistas señalan su vinculación con la postura más neutral o incluso prorrusa que Fico ha venido defendiendo a lo largo de los años.
La oposición se une y aumenta la presión sobre el gobierno
Como recoge Pravda, la sesión extraordinaria en el parlamento eslovaco no solo estará marcada por el debate sobre el gobierno de Fico, sino también por los desafíos estructurales de la coalición. Las críticas hacia el gobierno no se limitan a la oposición, ya que ciertos sectores dentro de los partidos gobernantes han expresado su descontento con la falta de coordinación en políticas clave. Los diferentes partidos de la oposición, desde el socioliberal Eslovaquia Progresista (PS), que la lidera, hasta el libertario SaS, los democristianos del KDH, la Unión Cristiana (KÚ), los liberales Por el Pueblo y Demócratas o el populista Eslovaquia del ex primer ministro Igor Matovič, han apoyado la moción de censura.
Los próximos días serán decisivos para determinar si Fico, que ha propuesto que la sesión parlamentaria se celebre el martes 21 de enero, logra consolidar el respaldo necesario para superar la moción de censura o si, por el contrario, esta sesión se convierte en un catalizador de cambios políticos significativos en el país. El desenlace tendrá implicaciones tanto a nivel interno como en las relaciones de Eslovaquia con sus socios europeos.
Be the first to comment