El centroderechista Partido Nacional del primer ministro Christopher Luxon se mantiene como primera fuerza política de Nueva Zelanda, si bien reduce su nivel de apoyo en el último año. El actual gobierno de coalición entre conservadores, la derecha populista de Nueva Zelanda Primero y la derecha libertaria de ACT podría mantener su mayoría, si bien quedaría ligeramente debilitada tras su primer año completo de gobierno. Los laboristas, que lideran la oposición con Chris Hipkins a la cabeza, mejoran sus datos de intención de voto y se quedan a casi 5 puntos del Partido Nacional.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el Partido Nacional habría bajado unos 2 puntos durante 2022, quedándose con un 34 % de intención de voto, acumulando una caída de 4 puntos. Los laboristas, por su parte, crecen hasta el 28,5 %, en buena medida aprovechando el descenso de los Verdes, que caen hasta el 10,5 %. ACT disputaría así ya la tercera posición, al subir hasta el 10 %, siendo el único miembro del actual gobierno que mejora sus datos. El Partido Mãori, que representa los derechos de esta minoría étnica de la que forman parte más del 15 % de los ciudadanos del país, sube hasta el 6,5 % ante los debates iniciados por el gobierno para modificar el Tratado de Waitangi, firmado en 1840 para regular las relaciones entre los indígenas y el Estado de Nueva Zelanda. Nueva Zelanda Primero baja ligeramente hasta el 6 %, mismo porcentaje que obtuvo en las últimas elecciones generales. Por último, el centrista TOP baja y vuelve a los niveles de las últimas elecciones, con un 2 %.
El Tratado de Waitangi, uno de los principales temas en la agenda política actual
El Tratado de Waitangi, firmado en 1840 entre representantes de la Corona británica y más de 500 jefes maoríes, constituye el documento fundacional de Nueva Zelanda y el pilar de las relaciones entre los pueblos indígenas y el Estado. Este acuerdo establece la cesión de la soberanía a la Corona británica, aunque en diferentes versiones del texto (inglés y maorí) se interpretan de manera distinta conceptos clave como «soberanía» y «gobernanza». Además, el Tratado garantiza a los maoríes la posesión de sus tierras, bosques y recursos naturales, así como los derechos de súbditos británicos, lo que sentó las bases para un marco de coexistencia.
Sin embargo, las interpretaciones del Tratado y su implementación han sido fuente de tensiones históricas, ya que los derechos prometidos a los maoríes a menudo han sido ignorados o erosionados por políticas coloniales y gubernamentales. La creación del Tribunal de Waitangi en 1975 marcó un esfuerzo significativo para abordar estas tensiones, permitiendo a los maoríes presentar reclamaciones por violaciones del Tratado y obteniendo en algunos casos compensaciones.
En noviembre de 2024, el gobierno conservador de Nueva Zelanda planteó una revisión de los principios del Tratado de Waitangi para darles mayor claridad y aplicabilidad legal. Esta iniciativa busca reinterpretar conceptos clave, como los derechos y las responsabilidades de las partes firmantes, en un marco legislativo contemporáneo. Sin embargo, la propuesta ha generado divisiones significativas. Grupos maoríes y aliados han expresado preocupaciones de que los cambios podrían diluir derechos históricos, socavando décadas de lucha por el reconocimiento y la reparación. Las protestas, incluyendo la realización de hakas en el Parlamento, reflejan una oposición amplia y enérgica a la medida.
Este debate ha intensificado las tensiones entre los partidos que buscan una reinterpretación «moderna» del Tratado y aquellos que defienden su interpretación histórica, profundizando las divisiones entre sectores de la población. Si bien el gobierno insiste en que la reforma busca una mayor cohesión nacional, su impacto político podría traducirse en una polarización creciente y en un debate renovado sobre el papel del Tratado en la definición de la identidad de Nueva Zelanda.
Be the first to comment