El conservador Partido Liberal Democrático (LDP), que viene gobernando Japón durante casi la totalidad de la historia democrática del país, continúa como primera fuerza política en intención de voto pese al desgaste sufrido por su gobierno. La coalición de gobierno entre el LDP y Komeito perdió la mayoría absoluta en las pasadas elecciones de finales de 2024, dificultando la estabilidad política en el país.
El primer ministro Shigeru Ishiba, elegido en octubre de 2024, continúa con un bajo porcentaje de aprobación, por debajo del 30 %. Pese a ello, la división de la oposición y la falta de alternativas políticas claras al dominio de el LDP, mantienen la hegemonía de la formación conservadora.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales en Japón, el LDP se sitúa con un 24 % de intención de voto (porcentajes sin excluir a indecisos y abstencionistas). Cabe apuntar que las encuestas en Japón tienden a sobredimensionar al LDP, siendo los indecisos mayormente votantes de la oposición. Además, algunos partidos como Komeito o el Comunista son sistemáticamente infravalorados en los sondeos.
Dentro de la oposición, el centrista Partido Democrático del Pueblo (DPP) continúa, con un 14,5 %, por encima del más progresista Partido Democrático Constitucional (CDP), que cae hasta el 11,5 %. El DPP está contando con un mayor protagonismo en esta legislatura gracias a la situación de minoría del gobierno, lo que ha permitido exponer exigencias en materias como la fiscal o educativa para la aprobación de la agenda gubernamental.
Más debajo se quedan el liberal Innovación, que baja hasta el 5 %, mismo porcentaje en el que se coloca el izquierdista Reiwa. El Komeito se sitúa con un 4 % de intención de voto declarada, el Comunista registra un 3,5 %, los ultraderechistas Conservador y Sanseitō se quedan con un 1,5 % cada uno, y el Socialdemócrata se coloca con un 1 %.

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