POLONIA: Empate técnico entre la centrista Coalición Cívica y el derechista PiS, que podría sumar mayoría con la ultraderecha

La política polaca continúa asistiendo a una creciente tensión interna y externa para el gobierno centrista de Donald Tusk tras su derrota en el balotaje de las elecciones presidenciales del 1 de junio. En el ámbito migratorio, el Ejecutivo reintrodujo controles en las fronteras con Alemania y Lituania, argumentando un incremento de la migración irregular tras un caso de violencia que generó alarma social. Esta medida, que coincidió con decisiones similares por parte de Berlín, provocó fricciones con sus vecinos y fue criticada desde Bruselas por vulnerar el espíritu del espacio Schengen.

En paralelo, el 17 de julio, un tribunal dictó condena contra tres médicos acusados de negligencia en la muerte por sepsis de una mujer embarazada en 2021. El caso reavivó las protestas feministas y el debate en torno al impacto de las restrictivas leyes sobre el aborto en la atención médica.

Por otro lado, ante la presión política, Tusk ejecutó una amplia remodelación de su gabinete el 23 de julio. El objetivo fue reforzar su posición tras la victoria presidencial del conservador Karol Nawrocki en junio. El nuevo Ejecutivo redujo el número de carteras, fusionó ministerios clave como Finanzas y Economía, y nombró a figuras experimentadas como Radosław Sikorski en un intento de cohesionar la coalición de gobierno.

A nivel internacional, las nuevas tarifas impuestas por EE. UU. a productos europeos generaron preocupación en Varsovia, que teme un impacto económico significativo. Finalmente, el mes cerró con la detención de más de 30 personas acusadas de actos de sabotaje instigados por Rusia, lo que puso de relieve los riesgos crecientes en materia de seguridad nacional.

En este contexto político-social, la Derecha Unida liderada por el PiS y la Coalición Cívica liderada por la Plataforma Cívica de Donald Tusk se sitúan en empate técnico en las encuestas electorales, con un 29,5 % y un 29 % de intención de voto, respectivamente. Esto supone un retroceso para ambas alianzas electorales con respecto a las elecciones de 2023, si bien la caída es mayor en el caso del PiS, que cede voto, especialmente entre jóvenes y zonas urbanas hacia la ultraderechista Confederación.

La Confederación consolida su crecimiento, doblando el porcentaje de las pasadas elecciones, al registrar un 14 % de intención de voto. Esto pese a la salida de su alianza electoral de la más extremista Confederación por la Corona Polaca, que busca la reinstauración de la monarquía polaca y defiende posiciones ultrarreligiosas. Tras su buen resultado en las elecciones presidenciales, este partido ha registrado en julio un 5,5 % de intención de voto. Podría superar así la barrera electoral del 5 % para obtener representación parlamentaria y se queda a apenas 1 punto de La Izquierda.

Por debajo de la barrera electoral podrían quedarse el izquierdista Juntos, que se sitúa con un 4,5 %, al borde de superar este límite legal para obtener representación. La centrista Polonia2050 se coloca con un 4 %, manteniéndose por encima de su antiguo aliado en la ya extinta alianza Tercera Vía, el conservador Partido Popular Polaco, que se queda con un 2,5 %.

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