A medio año de las próximas elecciones generales, el opositor Respeto y Libertad (TISZA) de Péter Magyar se mantiene como primera fuerza. Pese al intenso control del gobierno de Viktor Orbán y su Fidesz sobre el espacio mediático húngaro y sus continuas campañas propagandísticas en el espacio público, el primer ministro que ha gobernado en los últimos 15 años no está consiguiendo erosionar el apoyo hacia TISZA.
Nacido como denuncia de la corrupción de Orbán y el deterioro en el Estado de Derecho durante los últimos años, TISZA está liderado por Péter Magyar, hasta hace un par de años miembro del círculo de confianza de Orbán. Ahora, busca acabar con su gobierno, representando la amenaza más seria a la hegemonía de Fidesz desde su vuelta al poder en 2010. Magyar está consiguiendo aunar a la mayor parte del opositor, al margen sus ideologías, bajo una plataforma transversal que busca explotar el descontento por el mal desempeño económico del país, la deriva autoritaria de Orbán y la corrupción de su partido.
En este contexto, TISZA está consiguiendo liderar las encuestas electorales, manteniéndose con un 45 % de intención de voto, más de 10 puntos por encima del resultado que consiguió en 2022 la candidatura unitaria de la oposición. Por su parte, Fidesz-KDNP se queda con un 40 %, una caída de unos 14 puntos con respecto a 2022. En torno a la barrera electoral se quedan el ultraderechista Movimiento Nuestra Patria, que registra una media de 5,5 %, y la centroizquierdista Coalición Democrática, con un 4,5 %.
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