El Partido Socialdemócrata de Austria vuelve a ganar las elecciones estatales en Burgenland. En unos comicios que debían celebrarse en mayo y que fueron adelantados debido al escándalo de corrupción Ibizagate, que afectaba al ultraderechista FPÖ, los socialdemócratas barrieron a sus rivales y superaron las expectativas de los sondeos, obteniendo la mayoría absoluta. El socialdemócrata SPÖ, que ha gobernado en los últimos años con el FPÖ, podrá hacerlo ahora en solitario.
Los socialdemócratas han pasado del 41,9 al 49,9 %, obteniendo uno de cada de dos de votos en unas elecciones que han tenido una participación del 75 % (apenas un punto por debajo de 2015), y consiguiendo 19 de los 36 escaños (justo la mayoría absoluta). El centroizquierda, que a nivel federal está pasando uno de sus peores momentos históricos, obtiene así su mejor resultado en este estado desde 2005 y su mayor ventaja respecto a la segunda fuerza de la historia. El Partido Popular, que a nivel federal acaba de cerrar un nuevo gobierno, esta vez junto a los Verdes, sube ligeramente hasta el 30,7 % y mantiene sus 11 escaños. El FPÖ baja hasta el 9,8 %, teniendo su principal fuga de voto (según un sondeo a pie de urna, en torno a un tercio del voto) hacia los socialdemócratas, y pasa a tener 4 escaños. Los Verdes se mantienen con un 6,7 % y 2 escaños. El liberal NEOS consigue un 1,7 % y vuelve a fracasar en su intento de obtener representación. La derecha regionalista de la Lista Burgenland cae hasta el 1,3 % y pierde sus 2 escaños.