Likud, el partido del primer ministro Benjamin Netanyahu, se mantiene como primera fuerza política, aunque sufre cierto desgaste por la crisis del Covid-19, que le han valido muchas críticas de la oposición y de los grupos ultraortodoxos. De acuerdo con los sondeos, el partido que mejor está sabiendo aprovechar esta situación es el ultraderechista Yamina, que sube con fuerza y podría convertirse en la segunda fuerza política del país.
Según la última media de encuestas, Likud obtendría unos 30 escaños, perdiendo 6 respecto a los que tiene en la actualidad. Yamina, una coalición integrada por dos partidos conservadores ultranacionalistas, multiplicaría por más de tres su representación, y se haría con unos 17 escaños. En los 17 escaños se mantendrían los liberales seculares de Yesh Atid-Telem. La coalición izquierdista de los partidos árabes, la Lista Conjunta, se mantendría con unos 15 escaños. El Azul y Blanco del primer ministro alterno, Benny Gantz, que tomará el relevo de Netanyahu en poco más de un año, baja ligeramente y se colocaría con 11 escaños. El ultraortodoxo Shas se situaría con 8 escaños; el derechista y secular Israel Nuestra Casa, con unos 8 escaños; el ultraortodoxo UTJ, con unos 7 escaños; y el centroizquierdista Meretz, subiría hasta los 6 escaños. Los laboristas se quedarían por primera vez en la historia sin representación parlamentaria. Con estos resultados el bloque de la derecha (Likud+Shas+UTJ+Yamina) obtendría la mayoría absoluta.
Be the first to comment