Nueva Democracia, en el poder desde hace año y medio, se mantiene como primera fuerza política de Grecia, pero sufre cierto desgaste durante este año, cayendo 1 punto desde enero y 5 desde marzo, cuando la irrupción de la pandemia le impulsó ante el efecto ‘rally-round-the-flag’. Este ligero desgaste y la aplicación en las próximas elecciones de la reforma electoral aprobada por Syriza (y no la posterior de Nueva Democracia, que ya deberá entrar dentro de dos, esto es, en las previstas para 2027) que elimina la prima al ganador, les haría perder la mayoría absoluta.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, Nueva Democracia se sitúa con un 44,4 % de intención de voto, con lo que obtendrían 143 escaños (15 menos que en 2019). Syriza se mantiene como segunda fuerza, pero no consigue despegar, situándose con un 27 %, 4 puntos por debajo del resultado de 2019, y obtendría 87 escaños (1 más). El centroizquierdista KINAL repunta ligeramente hasta el 7,7 % y se colocaría con 25 escaños (3 más). El ultraizquierdista KKE se mantiene con un 6,1 % y se colocaría con 19 escaños (4 más). La ultraderechista Solución Griega baja hasta el 4,8 % y se situaría con 15 escaños (5 más que en 2019). Por último, el izquierdista MeRA25 se mantiene con un 3,4 % y conseguiría 11 escaños (2 más).
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