El Congreso Nacional Africano vuelve a ganar las elecciones locales, lo cual no es ninguna sorpresa. Pero lo hace con su peor resultado histórico. Por primera vez baja del 50 % en unas elecciones. La corrupción, el desempleo y la situación de los servicios públicos dañan al partido, para el que, sin embargo, los sudafricanos no encuentran alternativa. Pese a la gran caída del Congreso Nacional Africano, ningún partido consigue ganancias relevantes, intuyéndose que la mayor parte de fugas del ANC fueron hacia la abstención, que creció en 11 puntos (sólo votó un 47 %).
Estos resultados suponen un varapalo para el presidente Cyril Ramaphosa, pudiendo avivar las divisiones dentro de su partido, en el que hay aún gran número de defensores del expresidente Jacob Zuma, que tuvo que dimitir por corrupción. Los malos resultados electorales debilitan a la formación, aunque aún quedan dos años y medio hasta las próximas elecciones generales. Incluso aunque se repitieran los resultados de las locales en unas generales (en realidad, históricamente sus resultados en generales han sido superiores), las posibilidades que el ANC pueda perder el poder son muy remotas, dados los vetos entre el resto de partidos. La liberal Alianza Democrática (predominante entre la población afrikáans), por ejemplo, es totalmente incompatible con el ultraizquierdista Luchadores por la Libertad Económica (tachado de racistas antiblancos).
En estas elecciones, además del ANC, también ha empeorado sus resultados la liberal Alianza Democrática, principal partido de la oposición. El surgimiento de ActionSA, por un lado, y el crecimiento del Frente de Libertad Plus (VF+), son algunos de los factores que influyen en este descenso. El crecimiento del VF+ y de Libertad Intakha revela un ligero auge de las políticas identitarias. Por su parte, Luchadores por la Libertad Económica, que ha ido creciendo con los años a costa del ANC, especialmente en la región de Limpopo, la natal de su líder, volvió a mejorar sus resultados.
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