La socialdemócrata Magdalena Andersson es ya la primera mujer de la historia de Suecia en liderar un gobierno. Sucede a Stefan Löfven, también socialdemócrata, que tras 7 años en el cargo decidió retirarse para dar paso a caras nuevas que aumentasen las posibilidades de una mayoría progresista en las elecciones del próximo año, donde es probable que la derecha sume mayoría y puedan gobernar. Esto se debe a que ya ni el Partido Moderado ni el Democristiano continúan haciendo un cordón sanitario al ultraderechista Demócratas Suecos.
Andersson, economista de 54 años, fue hace unas semanas elegida como la nueva líder socialdemócrata, también en sustitución de Löfven, y permanecerá en el cargo al menos hasta las próximas elecciones de septiembre 2022. Andersson lo tendrá especialmente difícil en su acción de gobierno. Pese a poder ser investida como primera ministra, lo ha sido con muchos menos votos a favor (117, de Socialdemócratas y Verdes) que en contra (174, de Moderado, Demócratas Suecos, Democristiano y Liberal). Si ha sido elegida ha sido gracias a las 57 abstenciones de Centro e Izquierda. En Suecia basta con no tener una mayoría absoluta (175 votos) en contra para poder ser elegido primer ministro. Con Izquierda llegó a un acuerdo ayer. a cambio de una mejora de las pensiones más bajas.
Centro e Izquierda han venido apoyando desde fuera del ejecutivo buena parte de la acción de gobierno de socialdemócratas y verdes. Sin embargo, ambos partidos son muy diferentes. Ya al inicio del verano de este año, Izquierda se plantó ante una reforma que flexibilizaba la limitación de los alquileres, la cual los socialdemócratas tuvieron que aceptar de Centro, llegando a votar junto a la derecha una triunfante moción de censura que obligó a Stefan Löfven a volver a sentarse con Centro e Izquierda para un nuevo acuerdo de investidura.
Hoy llegará, de hecho, un nuevo revés para el gobierno de centroizquierda. Esta tarde se votan los presupuestos. Salvo sorpresas, la propuesta del gobierno no saldrá adelante, dado el rechazo de Centro, que cree que van demasiado a la izquierda. Así, será aprobada la propuesta planteada por la derecha, por lo que los socialdemócratas tendrán que gobernar el próximo año con las prioridades de gasto de los partidos conservadores. Andersson, recién elegida hoy, no dará un paso atrás de ser rechazados sus presupuestos (doblemente suyos, pues ella era la ministra de finanzas que los elaboró), como sí prometía su antecesor Stefan Löfven.
Los retos de la nueva primera ministra serán reducir la desigualdad, reforzando el Estado del Bienestar y evitando privatizaciones, aumentar la seguridad luchando contra las bandas, y seguir avanzando en el proceso de transición ecológica. También se esperan reformas que endurezcan en cierta medida la entrada de más inmigración (un 25 % de los ciudadanos de Suecia son de origen inmigrante y un 33 % tiene algún padre extranjero). Este elevado nivel de inmigración ha acabado fortaleciendo a la ultraderecha. Los socialdemócratas necesitan recuperar parte del voto obrero perdido para poder mantenerse en el poder.
Be the first to comment