Se acaba 2021. Un año de vuelco electoral en Alemania. Los socialdemócratas, que comenzaron como tercera fuerza política, con uno de sus peores datos históricos, terminan el año encabezando el nuevo gobierno federal y como primera fuerza política del país. En 12 meses, los democristianos han pasado de contar con 20 puntos de ventaja sobre el SPD a estar 5 puntos por debajo de la formación centroizquierdista.
El vuelco se empezó a producir un par de meses antes de las elecciones federales de septiembre. La guerra sucia entre los dos candidatos favoritos, Annalena Baerbock (Verdes) y Armin Laschet (Unión), produjo cierto hartazgo entre los electores, favoreciendo la aparición de una tercera opción como era el socialdemócrata Olaf Scholz, que mantenía ya entonces elevadas tasas de popularidad. La caída definitiva de los democristianos y que precipitó el efecto Scholz se produjo tras las importantes inundaciones de verano en el país, que produjeron unas 200 muertes, pillándose en un acto con las autoridades políticas del país para anunciar ayudas a los afectados a Laschet riéndose con sus colaboradores. Esta imagen marcó un antes y un después en la campaña, precipitando el descenso de los democristianos, y favoreciendo el crecimiento del SPD de la mano de Scholz. El que ya es nuevo canciller de Alemania supo mantener su perfil serio durante la campaña, venciendo en los debates electorales y no cometiendo errores, contando además con un SPD completamente unido en torno a su figura.
Los democristianos de la Unión, por su parte, estuvieron muy divididos durante la campaña ante el enfrentamiento entre el presidente de Baviera y líder de la CSU, Markus Söder, que contaba con mucha más popularidad que Laschet y aspiraba a ser candidato a canciller. Aunque meses atrás ya se había decidido que Laschet sería el candidato de la Unión, pese a sus peores datos en las encuestas, el ruido sobre este enfrentamiento se mantuvo hasta semanas antes de las elecciones (incluso planteándose la posibilidad de quitar a Laschet como candidato menos de 1 mes antes de la jornada electoral). Durante la última semana de campaña, los democristianos consiguieron reducir las pérdidas, pero no llegaron a evitar la derrota.
Además del crecimiento del SPD y el hundimiento democristiano, durante este año cayeron La Izquierda, desdibujada por no tener un proyecto claro ni un liderazgo sólido y reconocido, y Los Verdes, que ante el auge socialdemócrata dejaron de ser los líderes del espacio progresista. Los liberales del FDP, por su parte, crecieron, volviendo a los niveles en los que se habían situado en las anteriores elecciones.
Be the first to comment