Finaliza 2021. Un año que, a diferencia de un 2020 que fue muy estable a nivel de intención de voto, ha traído importantes cambios a la política española. En febrero tuvimos unas elecciones autonómicas en Cataluña que pronto quedaron en el olvido y que fueron ganadas, para sorpresa de muchos, por el PSC. El exministro de Sanidad, Salvador Illa, fue el candidato del PSC y con su popularidad hizo reflotar al partido, recuperando el espacio perdido en favor de Ciudadanos en 2015 y 2017.
Poco después, un suceso vino a recomponer al PP y dar un nuevo varapalo a Ciudadanos. La moción de censura en la Región de Murcia, que trataba de acabar con el gobierno de PP y Ciudadanos, para transitar hacia uno de PSOE y Ciudadanos, finalmente no triunfó ante el voto en contra de varios tránsfugas del partido naranja. La presentación de esta moción, además, provocó de inmediato la convocatoria anticipada de elecciones en la Comunidad de Madrid.
En un clima de elevada polarización y de hastío social ante la pandemia y el mantenimiento de las restricciones, lo que provocó un deterioro en la valoración del gobierno de Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso se propuso devorar a Ciudadanos y evitar el pronosticado crecimiento de Vox. Con su polarizante lema ‘Comunismo o Libertad’, alentado por la entrada en campaña del líder de UP, Pablo Iglesias, que fue candidato en las autonómicas para asegurar la permanencia de su formación en la Asamblea de Madrid, consiguió una rotunda victoria electoral. Sólo el PP acabó sumando más que los tres partidos de la izquierda juntos. En este contexto y ante una campaña del PSOE-M llena de vaivenes y con un candidato que se veía de salida y sin ganas, Más Madrid consiguió empatar en escaños con los socialistas, superándolos por unos miles de votos.
Las elecciones en Madrid supusieron un terremoto electoral de forma instantánea. La moción ya había perjudicado a Ciudadanos, ante la mayor desconfianza creada entre los votantes de derechas. Sin embargo, la campaña del 4-M llevó a un fuerte crecimiento del PP a costa de Cs y Vox, haciendo que el PP se situase como primera fuerza por primera vez desde 2018 y a Cs a quedarse con un 3 %, esto es, con pie y medio fuera del Congreso (las estimaciones les otorgan desde hace meses apenas 2 escaños).
La creciente notoriedad de Isabel Díaz Ayuso ha elevado su figura dentro del PP, ensombreciendo la de Pablo Casado. Su liderazgo no acaba de consolidarse, contando con un nivel de aprobación muy bajo, incluso entre los propios votantes del PP (por ejemplo, su actuación durante la pandemia es valorada por los votantes populares con un 4,9). Esta situación ha creado una especie de guerra fría entre Ayuso y Casado, que ha acabado por menoscabar nuevamente los apoyos del PP, en beneficio de Vox, que acaba el año en uno de sus mejores momentos desde su fundación.
Para acabar el año, en el que, por su parte, el Gobierno ha conseguido ir aprobando sus proyectos (recientemente, los PGE), en Castilla y León, el presidente Fernández Mañueco decidió convocar anticipadamente las elecciones, tratando de repetir lo sucedido en la Comunidad de Madrid. Las primeras encuestas, sin embargo, indican que no es tan popular como Ayuso y que la mayoría de ciudadanos no comprende el adelanto electoral. Pese a ello, el escenario más probable sigue siendo una mayoría PP-Vox que sustituya a la actual de PP y Cs.
Evolución de la intención de voto en España
PP y PSOE acaban el año con un empate técnico. Si bien los socialistas comenzaron 2021 con una ventaja de 4 puntos, en el mes de junio los populares dieron la vuelta a la situación colocándose 3 puntos por encima. Desde entonces el PP se mantiene a la baja, situándose finalmente en su 26,5 % actual. El PP consiguió subir fundamentalmente con la victoria de Ayuso el 4-M. El PSOE no ha experimentado demasiados cambios a lo largo del año, sufriendo tan sólo un ligero retroceso tras las elecciones madrileñas. El partido liderado por el presidente Pedro Sánchez finaliza el año con un 26 % de intención de voto.
Vox sube en el tramo final de año y se coloca con un 17 %, uno de sus mejores datos históricos. Unidas Podemos, que se encontraba a la baja durante la primera mitad del año, ha conseguido recuperarse gracias al nuevo liderazgo de Yolanda Díaz. Pese a ello, aún están por debajo de la marca de las últimas elecciones. Ciudadanos ha sufrido tres caídas este año: en febrero con la derrota en las elecciones catalanas, en marzo con la fallida moción en la Región de Murcia y en mayo con las elecciones madrileñas, que dejaron a una Ayuso triunfante y a un Cs fuera de la Asamblea regional. Desde entonces se mantienen estancados en torno al 3-3,5 %.
Más País, por su parte, consiguió crecer sus apoyos con el buen resultado de Más Madrid en las autonómicas madrileñas. Desde entonces han vuelto a retroceder. La figura de Yolanda Díaz ha conseguido a atraer a muchos de esos votantes que a mitad de año estaban apostando por el proyecto de Íñigo Errejón.
Valoración de líderes políticos
El presidente y líder socialista Pedro Sánchez se ha mantenido en todo momento como el líder con un mayor nivel de aprobación. Su peor momento fue tras las elecciones madrileñas, cuando se situó con un 45 %. Acaba el año con su mejor dato, superando el 50 % de aprobación. Yolanda Díaz se sitúa como la segunda líder con mayor aprobación y la que cuenta con una mejor valoración media. Supera de creces al anterior líder de UP, Pablo Iglesias, que durante la primera mitad del año se mantuvo por debajo del 30 %, siendo superado por Pablo Casado e Inés Arrimadas.
Se puede apreciar cómo los líderes de izquierdas tienen una mayor aprobación que los de derechas. Esto se debe a que entre los votantes de la izquierda hay una mayoría que aprueba a los tres dirigentes progresistas. Esto no sucede en la derecha, cuyos líderes no sólo cuentan con el rechazo mayoritario de la izquierda sino de los electorados de otros partidos derechistas (aunque en menor grado que entre los votantes de izquierda, claro está).
Transferencias de voto
En el gráfico se aprecia una reducción de la fidelidad de voto al PSOE tras las elecciones madrileñas, aumentando en ese momento las fugas hacia UP, PP, MP y la abstención. Desde entonces ha recuperado los niveles de principios de año. Sin embargo, las transferencias hacia UP han aumentado en los últimos meses del año por la popularidad de Yolanda Díaz. Ahora mismo el PSOE pierde más votos de los que gana desde UP.
El pírrico resultado de las elecciones catalanas fueron un fuerte varapalo para el PP, cayendo con fuerza su fidelidad de voto. Sin embargo, esta fue ampliamente impulsadas con la victoria en las elecciones madrileñas. Desde entonces esta se ha vuelto a desgastar, acabando el PP el año con la misma fidelidad que tenía a principios del 2021.
Vox ha sido casi todos los meses el partido con una mayor fidelidad de voto. Y así acaba el año, un 85 % de los que les votaron en noviembre de 2019 repetiría su voto. Además en los últimos meses ha conseguido reducir sus fugas hacia el PP, lo que explica su crecimiento en la recta final del año.
Unidas Podemos acaba el año con su mejor dato de fidelidad de voto: un 76 %. Muy por encima del 62 % que alcanzó en marzo, nivel que mantuvo durante varios meses. La popularidad de Yolanda Díaz ha reanimado a sus votantes y ha tapado las fugas hacia el PSOE, recibiendo ya transferencias netas de voto desde este.
De febrero a mayo, Ciudadanos perdió la mitad de sus votantes fieles. Ya empezó el año con una tasa de fidelidad realmente baja, apenas un 55 %, pero esta se acabó hundiendo hasta el 28 % con las elecciones madrileñas. Aunque no ha vuelto a los niveles de principios de año, ahora consigue retener al 45 % de los que les votaron en 2019, habiendo reducido sus transferencias hacia el PP.
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