Sinn Féin se convierte en la primera fuerza política de Irlanda del Norte. Por primera vez en los 101 años de historia de la región, un partido nacionalista irlandés es el partido más votado. Se da, además, que Sinn Féin se convierte en primera fuerza tanto en Irlanda como en Irlanda del Norte de forma simultánea.
El unionista DUP, por su parte, pierde fuerza ante el crecimiento de los más unionistas más radicales del TUV. Se da, además, un crecimiento del espacio no sectario, representado fundamentalmente por el centrista Alliance, que pasa de 8 a 17 escaños.
En estas elecciones, los unionistas han conseguido 37 escaños (-3 vs 2017) frente a los 36 de los nacionalistas (-4). Los no sectarios se hacen con 17 (+7). En porcentaje de voto se mantiene la tendencia de descenso de los partidos unionistas, que hasta hace apenas unos años representaban siempre a más del 50 % de los votantes.
Con la victoria de Sinn Féin, corresponderá a este partido el puesto de primer ministro, teniendo que recaer el de vice primer ministro en el DUP. Sin embargo, ambos cargos están equiparados en cuanto a poder político, tomando las decisiones de forma conjunta. Esto es consecuencia del Acuerdo de St Andrews y los Acuerdos de Viernes Santo, que llevan a que unionistas y nacionalistas tengan que compartir el poder. Sin embargo, meses antes de las elecciones, Paul Givan (DUP) dimitió como primer ministro como protesta por el Protocolo de Irlanda del Norte para el Brexit, al crear este una frontera entre Gran Bretaña y la isla de Irlanda a nivel comercial para evitar así una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte.
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