ANDALUCÍA: Moreno Bonilla consigue la mayoría absoluta y Vox sufre su primer gran pinchazo

El PP andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla se ha alzado como ganador de las elecciones autonómicas, con un resultado histórico para la formación conservadora en la comunidad, tradicionalmente de izquierdas. Los populares han pasado de su peor a su mejor resultado histórico en apenas 3 años y medio, ante una conjunción de factores que han favorecido tal victoria: descontento con el gobierno nacional de PSOE-UP por la inflación provocada por el Covid y la guerra, gran popularidad de Moreno Bonilla ante unos años difíciles para gestionar, el hundimiento de Cs y su trasvase de votos al PP, el mayor desconocimiento del resto de líderes políticos, el voto útil para frenar a Vox por parte de la izquierda y para darle mayoría al PP por parte de votantes fronterizos con Vox, la satisfacción con el gobierno autonómico, la falta de oposición visible por parte del PSOE-A (que hace menos de un año tuvo que renovar su liderazgo), los cambios demográficos que lleva tiempo experimentando la comunidad, una cierta derechización del electorado andaluz desde 2017 (principalmente motivada por la crisis territorial en Cataluña), la persistencia del daño reputacional de los ERE sobre el PSOE-A, la división de la izquierda alternativa o el propio planteamiento de las campañas electorales (siendo la del PP, la más en clave andaluza de todas).

Moreno Bonilla se erige así como el barón autonómico más fuerte del PP, desplazando a Isabel Díaz Ayuso, que también consiguió una importante victoria el año pasado, pero de menor magnitud. Ayuso fue incapaz de conseguir una mayoría absoluta, pese a presentarse en una comunidad autónoma tradicionalmente de derechas, mientras que Moreno Bonilla la ha conseguido en una región que siempre ha votado a la izquierda. Con un discurso muy diferente, basado en la moderación y la suavidad en las formas, así como en un claro distanciamiento respecto de Vox, Moreno plantea una nueva vía de éxito electoral para la derecha. Sin embargo, no hay que perder de vista que muchos de los factores que han llevado a este resultado son coyunturales. Otras, sin embargo, como la normalización de la derecha en Andalucía o la reivindicación del andalucismo moderado por el PP, parecen dinámicas que persistirán durante un buen tiempo.

Impacto en la política nacional: el PSOE queda tocado

El resultado electoral en Andalucía podría tener su impacto en la política nacional, dando un nuevo balón de oxígeno a Alberto Núñez Feijóo, cuya luna de miel ya estaba dando muestras de desgaste. Aunque las elecciones se han desarrollado en una dinámica andaluza, lejos de lo nacional, especialmente por parte del ganador, es innegable que podrán tener sus efectos. El PSOE queda tocado, pese a haber salvado finalmente los muebles en escaños, tras no perder finalmente la barrera de los 30, que hubiera supuesto un claro mazazo. Los socialistas se dejan 3,9 puntos de voto, 130.000 votos y 3 escaños. El mapa de Andalucía pasa del rojo al azul, habiendo perdido el PSOE-A por primera vez en múltiples feudos, así como en la provincia de Sevilla. Aunque su descenso no ha sido tampoco enorme y entraba dentro de las expectativas, el gran crecimiento del PP ha valido para un sorpasso en la mayor parte de municipios. El PSOE-A sigue primero en muchos municipios gracias a su mayor voto rural, siendo el partido con la distribución de voto más desequilibrada en este eje.

El PSOE baja principalmente en la provincia de Jaén, donde la candidatura Jaén Merece Más, que alcanzó el 7 % del voto, podría haber bebido principalmente de votantes socialistas, tal y como pasó con otras plataformas de la España Vaciada en las elecciones autonómicas de Castilla y León. Donde menos perdió fue en la provincia de Granada, con apenas una pérdida de 5.000 votos.

Este resultado electoral será un nuevo toque de atención sobre el gobierno nacional y sobre Ferraz, que deberá tratar de mover ficha para reaccionar a la situación. Sin embargo, el gobierno nacional no tiene todas consigo y su margen de actuación es limitado. El contexto de inflación global está afectando indistintamente a los gobiernos de todos los colores y latitudes, como podemos ver, por ejemplo, en la caída de popularidad de Biden en EEUU, la moción de censura exitosa contra Imran Khan en Pakistán o la derrota electoral de Macron en las legislativas. Por otro lado, queda por ver si este resultado no reabre las heridas en el seno del PSOE-A.

Primer pinchazo de Vox

Por otro lado, Vox cosecha un mal resultado, pese a crecer ligeramente respecto a 2018. Por primera vez no crece con fuerza en unas elecciones y se queda muy por debajo de cualquier expectativa. Tras los buenos resultados en las elecciones catalanas de febrero de 2021, la fortaleza mostrada en las madrileñas de mayo de 2021 y el gran crecimiento en las elecciones de Castilla y León de febrero de este año, que le valieron para entrar por primera vez en un gobierno, Vox queda muy lejos de sus objetivos. Las encuestas les situaban con entre 17 y 23 escaños, pero finalmente se han quedado en 14.

Vox presentó a una de sus dirigentes más fuertes, Macarena Olona, para tratar de disputar la plaza andaluza. Sin embargo, no sólo no ha habido efecto Olona, sino que la campaña electoral planteada por el partido se habría visto fallida. Una de las hipótesis que se manejan para tratar de explicar este pinchazo de Vox es un posible movimiento de voto útil de los votantes fronterizos entre PP y Vox para dar mayoría a Moreno Bonilla.

Olona jugó mal con las expectativas, planteando durante la campaña, e incluso en los debates electorales, que sería la presidenta de la Junta y Moreno Bonilla «su vicepresidente». Ahora, Vox paga haberse quedado tan lejos de los objetivos marcados y las previsiones de las encuestas.

La izquierda alternativa, dividida y desmovilizada

Junto al de Vox, el otro gran pinchazo de la noche de ayer fue el de la izquierda alternativa. Por Andalucía y Adelante Andalucía quedaron por debajo de las expectativas de las encuestas y retrocedieron respecto a las elecciones de 2018. Por primera vez, la izquierda a la izquierda del PSOE-A se presentaba dividida a las elecciones. La suma de ambas candidaturas pierde más de 130.000 votos desde las últimas elecciones y pasan de 17 a 7 escaños. Esta pérdida de escaños también se debe a la división en dos de su espacio político. Al ir en dos candidaturas que no han conseguido superar la barrera crítica del 8-9 % a partir del cual el sistema electoral empieza a no penalizarte, la izquierda habría perdido 5 escaños, 3 en beneficio del PP y 2 en beneficio del PSOE-A.

La división no sólo podría haber producido este efecto mecánico de pérdida de representación, sino también podría haber favorecido más la desmovilización de la izquierda. Años de peleas entre Teresa Rodríguez y el la parte de IU y Podemos han dejado heridas a este espacio político. Por Andalucía trató de reavivar su campaña con la presencia de la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien previamente ya había elegido a la candidata de Por Andalucía y que ponía a prueba por primera vez la fortaleza de su popularidad. Teresa Rodríguez, por su parte, ha defendido la necesidad de un proyecto político plenamente andaluz, con marcado discurso regionalista. Por ahora, tampoco ha conseguido dar sus frutos, aunque sí parece evidente que la campaña consiguió impulsar a Adelante Andalucía.

Ciudadanos se queda fuera

Las elecciones andaluzas también supusieron un nuevo golpe a un Ciudadanos ya en sus últimas. Desde marzo de 2021, con la fallida moción de censura en Murcia, no levantan cabeza. La pérdida de credibilidad en el electorado de centroderecha que causó esto, produjo un fuerte trasvase hacia el PP. Pese a que la gestión de Ciudadanos en Andalucía era valorada positivamente, Juan Marín no consiguió separarse del declive de su partido a nivel nacional, menos aún en un contexto de voto útil a Moreno Bonilla para evitar una coalición con Vox. Esta nueva derrota electoral supone un nuevo varapalo para Inés Arrimadas y su proyecto político, que tiene complicado mantenerse con vida.

Comparación de los resultados con las expectativas de las encuestas de una semana antes de las elecciones