Los laboristas no consiguen imponerse con contundencia pese a un contexto desfavorable para los conservadores, con un Boris Johnson con una baja popularidad por el Partygate y el gobierno acusando el desgaste por la inflación, que ha hecho empeorar significación la valoración de su gestión económica.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, los laboristas se sitúan con un 38,5 %, por encima del último resultado electoral, pero varios puntos por debajo del de Corbyn en 2017. Sin un nivel medio de voto táctico, los laboristas se situarían con unos 310 escaños, dato que podrían mejorar hasta los 317 con este. Los conservadores, por su parte, se sitúan con un 33 %. El voto táctico de laboristas y liberal demócratas les haría pasar de unos 245 escaños al entorno de los 229. Los liberal demócratas registran un nuevo máximo de esta legislatura, alcanzando un 12,5 % de intención de voto, y pasarían de los 19 sin voto táctico a los 30 con él. Los verdes se sitúan con un 5,5 % y mantendrían su único escaño. Los nacionalistas escoceses se mantienen estables en torno al 4 % y obtendrían unos 49 escaños. El Reform UK, con un 3 % de intención de voto, se quedaría nuevamente fuera de la Cámara de los Comunes.
La importancia del voto táctico radicaría en este escenario en que sin él, laboristas y liberal demócratas se quedarían a unos escaños de la mayoría absoluta, necesitando incorporar a otros partidos, ya fueran los nacionalistas escoceses, galeses o norirlandeses.
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