ESPAÑA: Elecciones generales de 1982

Las elecciones generales de España en 1982, se celebraron el 28 de octubre, de forma anticipada como consecuencia de la crisis interna de la Unión de Centro Democrático y su incapacidad para aprobar los presupuestos generales de ese año y varios proyectos de Estatutos de Autonomía.

El presidente Adolfo Suárez había dimitido en enero de 1981, siendo reemplazado por Leopoldo Calvo-Sotelo el 25 de febrero de ese año (dos días después del intento de golpe de Estado del 23-F, que precisamente interrumpió su investidura). España se encontraba en crisis económica, con una inflación del 14 % y un desempleo al alza, por encima del 16 %. La UCD se encontraba rota ante el desgaste de sus gobiernos, llevando a escisiones como el Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez y el Partido de Acción Democrática de Francisco Fernández Ordoñez, que reunía a los socialdemócratas del partido (10 diputados y 7 senadores), posteriormente incorporados al PSOE. La mala situación de la UCD, certificada en las elecciones andaluzas de mayo de 1982, en las que el partido quedó tercero con apenas un 13 % del voto, llevó al presidente Calvo-Sotelo a no presentarse como candidato en las elecciones generales.

El desgaste de UCD eleva al PSOE como alternativa

El PSOE, liderado por Felipe González, se había erigido en las dos anteriores elecciones generales de 1977 y 1979 como la oposición a UCD. La situación de crisis había sido aprovechada por los socialistas para presentarse como la alternativa de gobierno. El PSOE, con Felipe González, había moderado su programa y discurso, ensanchando así su electorado potencial a las clases medias. En abril de 1979, apenas un mes después de las generales, que habían sido ganadas nuevamente por UCD, el PSOE se hizo con las principales alcaldías del país, gracias a sus alianzas con el PCE. Tras las generales, la negativa del partido a renunciar al marxismo llevó a la dimisión de Felipe González como líder socialista. González volvería a ser elegido como líder en el Congreso Extraordinario de septiembre de 1979, en el cual el partido dejó oficialmente el marxismo y adoptó el socialismo democrático como ideología. En mayo de 1980, el PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno de Adolfo Suárez, visto como uno de los momentos clave que explican la rotunda victoria socialista en las elecciones de 1982. Esta moción de censura sirvió para reafirmar a Felipe González como la alternativa y dar a conocer su proyecto.

El PSOE, en estas elecciones, conquistó una amplia mayoría absoluta de 202 escaños. Hasta la fecha, es la mayor victoria electoral de un partido político en España. Los socialistas se hicieron con el 48,1 % del voto en unos comicios de elevada participación (80 %). La victoria socialista fue especialmente importante al certificar el final de la Transición, siendo el primer traspaso de poder tras unas elecciones desde 1936. Los socialistas ganaron en casi todas las provincias, con las excepciones de Pontevedra, Ourense, Lugo, Ávila, Segovia, Burgos, Soria, Bizkaia, Gipuzkoa y Girona.

Una de las consecuencias del auge socialista en estas elecciones fue el derrumbe del Partido Comunista. La formación de Santiago Carrillo se quedó con el 4 % del voto, pasando de 23 a 4 escaños. El Partido Socialista de Andalucía, que en 1979 obtuvo 5 escaños en el Congreso y que en 1980 había entrado al Parlament de Cataluña, se quedó sin representación.

Relevo en la derecha: AP desplaza a UCD y Suárez fracasa

Las elecciones generales del 28 de octubre de 1982 hundieron definitivamente a la Unión de Centro Democrático, que había gobernado desde el final de la dictadura franquista. En sustitución de UCD, la coalición Alianza Popular-Partido Demócrata Popular, de Manuel Fraga, se situó como principal partido de la derecha. Con esto y con la mayoría absoluta del PSOE es como se conformó el bipartidismo imperfecto que duraría hasta 2015. La coalición conservadora del exministro franquista y posterior presidente gallego pasó de 10 a 107 escaños.

UCD, que estaba encabezada por el presidente del Congreso, Landelino Villa, se desplomó. Perdió 28 puntos hasta el 6,8 % y pasó de 169 a tan sólo 11 escaños. La escisión formada por el expresidente Adolfo Suárez, la CDS, no tuvo mucho más éxito. Apenas logró un 2,9 % del voto, entrando al Congreso con apenas 2 escaños. La franquista Fuerza Nueva se hundió hasta el 0,5 % y su líder Blas Piñar perdió su escaño.