El bloque conservador y nacionalista de Benjamin Netanyahu, formado por su Likud, los partidos ultraortodoxos y el ultraderechista Religioso Sionista, sigue al borde de la mayoría absoluta. Como en pasadas elecciones, la suma de estos partidos roza la mayoría de 61 escaños. La primera posición volvería a ser ocupada por Likud, aunque durante la campaña electoral el liberal Yesh Atid ha conseguido recortar distancias. La entrada o no de Casa Judía (derecha ortodoxa) y Balad (izquierda árabe) podría ser clave. Una entrada del primero aseguraría la mayoría a Netanyahu, mientras que la del segundo la alejaría, aunque también
De acuerdo con la última media de encuestas de cara a las elecciones del próximo martes 1 de noviembre, el derechista Likud podría situarse con 31 escaños. Yesh Atid crecería hasta los 25 escaños en la Knesset. El ultraderechista Religioso Sionista escalaría hasta los 14 escaños. Unidad Nacional (unión de Azul y Blanco y Nueva Esperanza) se desinflaría hasta los 11 o 12 escaños. El ultraortodoxo Shas se colocaría con 8 o 9 parlamentarios. El ultraortodoxo UTJ mantendría sus 7 escaños. El conservador secularista Yisrael Beitenu se situaría con 5 o 6 diputados. Los laboristas bajarían hasta los 5 escaños. El izquierdista Meretz podría colocarse con 4 o 5 escaños. Ra’am, defensor de la comunidad árabe-islámica, mantendría sus actuales 4 escaños. Con en torno a un 2 % de intención de voto, por debajo de la barrera del 3,25 %, se encuentran el izquierdista árabe Balad y el derechista y ortodoxo Casa Judía.
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