Marco Marsilio, presidente de Abruzzo desde 2019 y candidato de la derecha, consigue la reelección, rompiendo la histórica dinámica de alternancia política en la región. Por primera vez un presidente consigue la reelección. Marsilio, con un 53,5 % del voto, consiguió superar al candidato del centroizquierda y el M5S. El buen resultado del derechista en las municipios pequeños y la desmovilización de parte del extenso electorado del M5S de 2019 se sitúan detrás de la victoria de la alianza de derechas.
El partido de Marsilio y de la primera ministra Giorgia Meloni, Fratelli d’Italia, consigue además situarse como primera fuerza política de la región. El buen resultado de FdI y la victoria de Marsilio viene a compensar la derrota derechista en Cerdeña, que ya ha empezado a tener su efecto en favor de los partidos progresistas en las encuestas a nivel nacional. Una nueva victoria progresista en estas elecciones hubiera supuesto un importante varapalo al gobierno de Meloni a apenas unos meses de las elecciones europeas.
Dentro de la derecha, la Lega se hunde también en esta región, una tendencia totalmente esperaba, pues en la fecha de las últimas elecciones (2019), Lega era la principal fuerza política del país. Por otro lado, Forza Italia sale reforzada tras subir varios puntos y se sitúa como la tercera lista más votada. El campo progresista también sufre una gran transformación. El M5S pierde casi dos tercios de sus apoyos en estas elecciones frente al buen resultado que obtuvo en solitario en 2019. El socialdemócrata Partido Democrático sube con fuerza y se sitúa como segunda fuerza con más de un 20 % del voto.
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