La entrada en escena de Péter Magyar, exmarido de la exministra de justicia Judit Varga y antiguo miembro del círculo de confianza de Viktor Orbán, está revolucionando la política húngara. Durante dos décadas miembro de Fidesz, Péter Magyar se ha unido recientemente al partido Respeto y Libertad (TISZA) para ofrecer una alternativa anti-corrupción «frente al sistema mafioso» de Fidesz y la oposición, a la que acusa de ser cómplice de Orbán. Su entrada en primera línea de política se produjo después de que se forzara a la renuncia de la presidenta del país y de su exmujer, que había sido hasta hacía unos meses ministra de justicia, tras la revelación de que habían firmado un indulto a un condenado por pederastia. Magyar, que ocupa puestos directivos en varias empresas públicas, renunció a sus cargos e inició una campaña contra la «corrupción generalizada» del gobierno de Orbán, publicando un audio que grabó a su exmujer hacía un año, en el que involucraba en tramas corruptas a importantes figuras del partido.
La irrupción de Magyar está atrayendo buena parte del voto de la oposición hacia sus filas, si bien también a parte de los votantes de su antiguo partido, Fidesz, que acelera su tendencia a la baja en el último mes. Las elecciones europeas del próximo mes, en las que Magyar se presenta como candidato para visibilizar a su formación política. Hay encuestas que les sitúan como segunda fuerza con hasta el 25 % del voto. De cara a unas elecciones generales, la última media de encuestas electorales sitúa a Fidesz en primera posición con un 41,5 %, más de 12 puntos por debajo del resultado electoral de hace dos años. TISZA se estrena con un 20 %, situándose como principal fuerza opositora. Supera a la Alianza Verde Socialdemócrata, recientemente formada entre la Coalición Democrática, el Partido Socialista y Diálogo-Verdes, que se queda con un 18 %. El satírico Perro de Dos Colas desciende hasta el 5,5 %, el ultraderechista Nuestra Patria baja hasta el 5 %, Momentum se queda con un 4,5 %, Verde se mantiene con un 1,5 % y Jobbik es reducido a apenas un 1 %.
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