El derechista Likud del primer ministro Benjamin Netanyahu recupera apoyos tras las fuertes caídas que sufrió en 2023, primero con la impopular reforma judicial que amenazaba con minar la calidad democrática del país y, después, con el inicio de la guerra en Gaza a finales de año. La recuperación de la primera posición por parte de Likud se debe tanto a un repunte del partido en intención de voto como a la mayor fragmentación de voto opositor, con cuatro formaciones con proyecciones de 10 o más escaños. El actual gobierno derechista perdería claramente la mayoría, aunque mejora los datos de meses pasados.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el Likud se coloca con una proyección de 24 escaños, aún 8 por debajo de lo que obtuvo en las elecciones de finales de 2022. El liberal Unidad Nacional, formado fundamentalmente por la Resiliencia de Benny Gantz tras la salida de Nueva Esperanza de la alianza política, se mantiene en segunda posición, con 19-20 escaños (7-8 más que en las elecciones). El liberal Yesh Atid y el centroderechista Yisrael Beitenu se sitúan en empate técnico con 14 escaños cada uno. El primero, actual líder de la oposición a Netanyahu, continúa muy por debajo del último resultado electoral, mientras que el segundo experimentaría un gran crecimiento hasta niveles no vistos desde 2009. La nueva alianza progresista formada por la fusión del Partido Laborista y Meretz, Demócratas, se coloca con 10 escaños, mejorando significativamente los 4 obtenidos por los laboristas en 2022. El ortodoxo Shas se sitúa con 10, el ultraderechista Poder Judío desciende hasta 8-9 parlamentarios estimados, el ortodoxo UTJ se queda con 7-8, la Lista Árabe se mantiene con 5-6 y la izquierda árabe secular de Hadash-Ta’al mantendría sus 5. El ultraderechista Partido Religioso Sionista vería amenazada su representación, estando entre perderla o mantener 4 de sus actuales 7 escaños. El centroderechista Nueva Esperanza, antes dentro de Unidad Nacional, y el ultraderechista Noam, antes dentro del Religioso Sionista, se quedarían sin escaños al bajar de la barrera electoral del 3,25 %.
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