La izquierda nacionalista del Sinn Féin, que dominó la intención de voto durante la práctica totalidad de la legislatura, sigue desangrándose a medida que se acercan las elecciones en Irlanda. Los malos resultados de las elecciones locales y europeas ya constataron la pérdida de apoyos electorales. La entrada de la inmigración como uno de los principales temas de la agenda, opacando a la vivienda, que había sido el principal asunto en los últimos años (sigue siendo una de las principales preocupaciones de los irlandeses), se encuentran detrás de este movimiento. Por un lado, la menor importancia dada ahora en la agenda pública a la vivienda limita el discurso del partido y, por otro, la entrada de la inmigración divide a la base electoral del Sinn Féin.
Por el contrario, el centroderechista Fine Gael se sigue reforzando tras el nombramiento de Simon Harris como nuevo líder y primer ministro, después de la dimisión de Leo Varadkar, en buena medida por el fracaso del referéndum constitucional sobre familia y cuidados. El Fine Gael obtiene en esta encuesta electoral de Ipsos B&A su mejor dato desde junio de 2021, subiendo hasta el 27 %, un porcentaje 6 puntos superior al de las últimas elecciones legislativas. El Sinn Féin acumula una caída de 8 puntos desde febrero y se queda con un 20 % (-4 vs las elecciones de 2020). El Fianna Fáil se mantiene mucho más estable, con un 19 %, tres puntos menos que en las pasadas elecciones. El voto a otros partidos y candidatos independientes se sitúa en el 16 %. Los laboristas crecen algo hasta el 6 %, los verdes se sitúan con un 5 %, los socialdemócratas registran un 4 %, la izquierda radical de Solidaridad/Pueblo antes que Beneficio se mantiene en el 2 % y Aontú no se mueve del 1 %.
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