Entramos en el último año de legislatura en Noruega. Empieza la recta final para las próximas elecciones generales. Los laboristas, que ganaron las pasadas elecciones y consiguieron recuperar el gobierno tras 8 años de gobierno de la conservadora Erna Solberg, han sufrido el desgaste de las crisis sufridas en estos años. Actualmente, la derecha tiene una clara ventaja sobre los partidos de la izquierda y volvería al gobierno. El Partido Conservador lleva prácticamente toda la legislatura como primera fuerza política en las encuestas electorales, si bien en el último año ha perdido fuelle, volviendo a estar competida la primera posición. Su caída ha beneficiado claramente a la derecha radical del Partido del Progreso (FrP), que ya marca máximos desde 2011, cuando venían precisamente de haber superado a los conservadores en las elecciones de un par de años antes.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales en Noruega, el Partido Conservador se sitúa con un 24,5 % de intención de voto, superando en 4 puntos tanto su último resultado electoral como a la actual marca del Partido Laborista del primer ministro Jonas Gahr Støre, que pierde 6 puntos desde las elecciones de 2021. La derecha nacionalista y ultraconservadora del FrP continúa creciendo y registra un 19 %, su mejor dato desde el año 2011. De hecho, durante este mes se publicó una encuesta que le situaba en primera posición. Izquierda Socialista se sitúa con un 9 %, Centro se mantiene con un 6 %, la izquierda radical del Partido Rojo continúa con un 5,5 % y el Partido Liberal permanece con un 5 %. Por debajo de la barrera del 4 % que da acceso a escaños de compensación (para la representación proporcional) se quedan Verde, con un 3,5 %; los Democristianos, que bajan hasta el 3 %, e Industria y Empresa, con un 2 %.
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