85 años de PAN: historia de una fuerza política que busca redefinir su lugar en México

El Partido Acción Nacional (PAN), una de las fuerzas políticas más influyentes y longevas de México, celebra su 85 aniversario en 2024. Desde su fundación en 1939, el PAN ha tenido un impacto profundo en la configuración de la política mexicana, representando en sus orígenes una oposición moral y ética al autoritarismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y alcanzando el poder en el año 2000 tras décadas de hegemonía priista. No obstante, la trayectoria del PAN no ha sido una línea ascendente continua: el partido ha experimentado divisiones internas, crisis ideológicas y fluctuaciones en su relevancia electoral.

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Con el tiempo, el PAN ha sido tanto un bastión de valores conservadores como un promotor del liberalismo económico, y ha enfrentado el reto de adaptarse a los cambios de la sociedad mexicana sin perder su esencia. Al llegar a su 85 aniversario, el partido se encuentra en una encrucijada, enfrentando desafíos tanto internos como externos, mientras busca redefinir su lugar en el espectro político de un México en constante transformación y cada vez más dominado políticamente por el izquierdista MORENA.

Fundación del PAN: Un partido de oposición en tiempos de hegemonía

El PAN fue fundado el 16 de septiembre de 1939 por Manuel Gómez Morín, en un contexto en el que México vivía bajo el régimen dominante del PRI, conocido entonces como Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Tras el periodo posrevolucionario, el PRI había consolidado un sistema político que abarcaba prácticamente todos los aspectos de la vida pública, desde las instituciones políticas hasta las organizaciones laborales y campesinas.

Manuel Gómez Morín, junto con otros fundadores del PAN, vio en esta centralización del poder un peligro para las libertades democráticas. El objetivo del PAN era servir como una oposición al gobierno del PRI, promoviendo los valores de la democracia liberal, el respeto a las libertades individuales y un sistema económico basado en la propiedad privada y el libre mercado. Desde sus inicios, el PAN adoptó una ideología conservadora, inspirada en gran medida por la doctrina social de la Iglesia Católica, lo que atrajo a sectores de la clase media urbana, empresarios y católicos practicantes.

En los primeros años, el PAN se mantuvo como un partido minoritario, luchando por ganar elecciones en un entorno político caracterizado por el fraude electoral y el control hegemónico del PRI. Sin embargo, con el tiempo fue construyendo una base de apoyo en varias regiones del país, particularmente en el norte, donde sectores empresariales empezaron a ver en el PAN una alternativa viable al estatismo y el autoritarismo del PRI.

Ideología y evolución: del conservadurismo al liberalismo económico

La ideología del PAN ha evolucionado desde su fundación. En sus primeros años, el partido era visto principalmente como una fuerza política nítidamente conservadora, defensora de los valores cristianos y de un modelo económico que favorecía la propiedad privada y la iniciativa individual, pero con un enfoque de responsabilidad social. Esta postura atrajo a sectores tradicionalistas que se oponían al laicismo y al intervencionismo estatal promovido por el PRI.

Sin embargo, a partir de la década de 1980, el PAN comenzó a experimentar una transformación ideológica. Durante el gobierno de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, México vivió una serie de reformas estructurales que abrieron la economía a los mercados internacionales y redujeron la intervención del Estado en la economía. Aunque estas reformas fueron impulsadas por el PRI, el PAN vio en ellas una oportunidad para promover una agenda más liberal en lo económico, que incluía la apertura de los mercados, la privatización de empresas estatales y el fomento de la inversión privada.

Este cambio ideológico atrajo a nuevos sectores de la sociedad, especialmente empresarios y clases medias urbanas que veían en el PAN una alternativa al modelo económico populista que había predominado durante décadas. Sin embargo, también provocó tensiones dentro del partido, ya que algunos sectores más conservadores sentían que el PAN se estaba alejando de sus principios fundacionales. Así, en las últimas elecciones presidenciales de 2024, el PAN presentó a una candidata más alejada de los principios originarios conservadores, Xóchitl Gálvez, de valores liberales y defensora de los derechos de las mujeres y las personas LGTBI. Este hecho muestra la existencia de dos almas dentro del PAN en la actualidad: una más conservadora y tradicionalista y otra más pragmática y liberal.

El ascenso al poder: Vicente Fox y el fin de la hegemonía del PRI

El punto culminante de la evolución del PAN llegó en el año 2000, cuando Vicente Fox, candidato del partido, ganó las elecciones presidenciales, poniendo fin a más de 70 años de dominación priista. Este triunfo marcó un hito en la historia política de México, ya que fue la primera vez que el PRI perdió una elección presidencial desde su fundación.

La campaña de Fox fue vista por muchos como un símbolo de cambio y esperanza. Su carismática personalidad, su discurso a favor de la democratización del país y su promesa de acabar con la corrupción resonaron entre los votantes. Su victoria fue el resultado de años de trabajo por parte del PAN para consolidarse como una fuerza de oposición viable, capaz de ganar elecciones en un sistema previamente controlado por el PRI.

Sin embargo, el gobierno de Fox no estuvo exento de desafíos. Aunque logró avances importantes en la consolidación de la democracia, como la creación de instituciones autónomas y la apertura de los medios de comunicación, muchas de las reformas estructurales que prometió quedaron estancadas debido a la falta de una mayoría legislativa. Además, el estilo de gobierno de Fox, que algunos consideraron errático y excesivamente enfocado en su propia figura, debilitó la capacidad del PAN para implementar su agenda de manera efectiva.

Felipe Calderón y la "guerra contra el narcotráfico"

En 2006, el PAN logró mantener la presidencia con la victoria de Felipe Calderón, quien asumió el cargo en un ambiente de polarización política. Calderón, que había sido un crítico del gobierno de Fox, representaba una facción más conservadora dentro del PAN, enfocada en temas de seguridad, familia y orden.

El sexenio de Calderón estuvo marcado por la decisión de lanzar una guerra frontal contra los cárteles del narcotráfico, un conflicto que definió su presidencia. La "guerra contra el narcotráfico" aumentó los niveles de violencia en el país de manera significativa, y aunque Calderón defendió la estrategia como una medida necesaria para recuperar el control del territorio nacional, las críticas por las violaciones a los derechos humanos y la militarización del país dañaron la imagen del PAN.

La presidencia de Calderón también estuvo marcada por la crisis económica global de 2008, que afectó a México de manera considerable. Aunque el gobierno implementó políticas para mitigar los efectos de la recesión, el desgaste político y social provocado por la violencia y la crisis económica contribuyeron a la derrota del PAN en las elecciones de 2012, cuando Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, ganó la presidencia, con apoyo de algunos sectores del propio PAN.

La caída del poder y la reconfiguración del PAN

La derrota en 2012 marcó el inicio de una fase de crisis para el PAN. El retorno del PRI al poder y el ascenso de nuevas fuerzas políticas, como Morena, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, pusieron al PAN en una posición secundaria en el espectro político. Las elecciones intermedias de 2015 y las presidenciales de 2018 evidenciaron la creciente dificultad del PAN para conectar con amplios sectores del electorado, particularmente con los jóvenes y las clases populares, que comenzaron a gravitar hacia Morena.

Internamente, el PAN también enfrentaba serios desafíos. Las tensiones entre las distintas facciones del partido —una más conservadora y tradicionalista, y otra más liberal y pragmática— comenzaron a escalar. Estas divisiones no solo afectaron la cohesión del partido, sino también su capacidad para articular una narrativa coherente frente a los votantes. La falta de un liderazgo fuerte y unificado fue particularmente evidente en las elecciones de 2018, cuando el PAN, bajo la candidatura de Ricardo Anaya, sufrió una de sus peores derrotas electorales en la historia reciente.

El PAN de hoy: un aniversario empañado por divisiones internas

En 2024, al llegar a su 85 aniversario, el PAN enfrenta un escenario complejo. En lugar de las celebraciones tradicionales, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido decidió cancelar los festejos, argumentando que los recursos serían mejor utilizados en las campañas para las elecciones de 2024. Esta decisión ha sido vista como un reflejo de las tensiones internas que actualmente afectan al partido.

De acuerdo con diferentes medios, sectores importantes del PAN han expresado su malestar con la actual dirigencia, encabezada por Marko Cortés, debido a lo que perciben como una falta de visión y liderazgo para enfrentar los desafíos actuales. Militantes del partido han señalado que la cancelación de los festejos no solo refleja una crisis financiera, sino también una crisis de identidad, ya que muchos consideran que el PAN ha perdido el rumbo ideológico que lo distinguió en el pasado .

En lugar de celebrar, algunos militantes han organizado protestas para mostrar su descontento con la dirección del partido. Estas divisiones internas son sintomáticas de una crisis más profunda que ha afectado al PAN en los últimos años: la dificultad para encontrar una narrativa política que resuene con los votantes en un contexto donde Morena ha captado gran parte del electorado, especialmente entre los sectores más vulnerables de la sociedad.

El futuro del PAN: ¿Renovación o declive?

El 85 aniversario del PAN no solo marca una fecha simbólica, sino también un momento crucial en la historia del partido. A medida que se aproxima la elección presidencial de 2024, el PAN enfrenta el reto de reconfigurarse como una fuerza política relevante en un escenario dominado por Morena. Para ello, el partido deberá resolver varias cuestiones clave:

  1. Unidad interna: El PAN necesita superar las divisiones internas que han debilitado su cohesión. La fragmentación entre las distintas facciones del partido no solo afecta su capacidad organizativa, sino también su credibilidad ante los votantes. Un liderazgo capaz de unir a los diversos sectores del partido será fundamental para que el PAN vuelva a ser competitivo a nivel nacional.
  2. Renovación ideológica: Aunque el PAN ha sido tradicionalmente un partido conservador en lo social y liberal en lo económico, las dinámicas políticas y sociales de México han cambiado drásticamente en las últimas décadas. Para mantenerse relevante, el PAN deberá adaptar su mensaje a las nuevas realidades del país, sin perder de vista sus principios fundacionales. En particular, deberá encontrar una manera de atraer a votantes jóvenes y urbanos, que han mostrado una tendencia a inclinarse hacia Morena.
  3. Estrategia electoral: En las últimas elecciones, el PAN ha optado por formar alianzas con otros partidos, como el PRI y el PRD, en un intento por contrarrestar el poder de Morena. Sin embargo, estas alianzas han sido criticadas por algunos militantes, que consideran que el PAN ha sacrificado su identidad en favor de una estrategia electoral pragmática. La viabilidad de estas alianzas a largo plazo es incierta, y el PAN deberá decidir si continuará con esta estrategia o si buscará reconstruir su base electoral de manera independiente.

A lo largo de sus 85 años de historia, el PAN ha sido una fuerza clave en la política mexicana. Desde su fundación como un partido de oposición que luchaba por la democracia en tiempos de hegemonía priista, hasta su llegada a la presidencia en el año 2000, el PAN ha pasado por momentos de gloria y crisis. Hoy, el partido se encuentra en un punto de inflexión, en el que deberá enfrentar desafíos tanto internos como externos si quiere seguir siendo relevante en el futuro político de México.

Su capacidad para adaptarse a los cambios del país, resolver sus divisiones internas y encontrar una narrativa que conecte con los votantes determinará si el PAN podrá seguir desempeñando un papel importante en la política mexicana o si, por el contrario, quedará relegado a un rol secundario en un escenario cada vez más competitivo y polarizado.

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