Yamandú Orsi, del izquierdista Frente Amplio, ha ganado las elecciones presidenciales de Uruguay, derrotando a Álvaro Delgado, candidato del conservador Partido Nacional. Orsi se impuso con el 52,1 % de los votos en una segunda vuelta que registró una participación del 89%. Exintendente de Canelones, Orsi basó su campaña en propuestas centradas en empleo, educación y seguridad, destacando su enfoque en la inversión pública y la justicia social. Durante su discurso de victoria, subrayó la necesidad de unidad nacional.
La derrota de Álvaro Delgado refleja una percepción crítica hacia el gobierno saliente, encabezado por Luis Lacalle Pou. Cuestiones como el desempleo y las desigualdades sociales dominaron el debate público, afectando a un movimiento del voto en favor del Frente Amplio entre las clases populares. La preocupación por la inseguridad, pese a ser uno de los países latinoamericanos más seguros, también se encuentra presente en la sociedad uruguaya y marcó la campaña de ambos candidatos. Uruguay ha tenido una lenta recuperación desde la pandemia del Covid, manteniendo aún niveles superiores de pobreza a los registrados anteriormente, en claro contraste con la gran reducción lograda durante los gobiernos del Frente Amplio, de 2005 a 2020, cuando se redujo del 37 % al 8 %. La economía personal de los hogares ha sido uno de los principales temas en estas elecciones.
Orsi asume un país con desafíos importantes. En lo interno, deberá lidiar con un parlamento fragmentado, lo que requerirá negociar con partidos de la hasta ahora gobernante Coalición Republicana, al necesitar 2 diputados para alcanzar la mayoría absoluta en la Cámara de Representantes. Su Frente Amplio, cuenta con 48 diputados frente a los 49 de la Coalición Republicana, que engloba al Partido Nacional, el Partido Colorado, el Partido Independiente y Cabildo Abierto. De lo contrario, dependería del partido antisistema, nacionalista y conspiracionista Identidad Soberana, que logró entrar con 2 escaños. El regreso del Frente Amplio, tras 5 años fuera del poder, rompe con la actual dinámica de giro a la derecha en el continente, con las victorias de Javier Milei en Argentina y Donald Trump en EEUU como sus principales exponentes. El nuevo gobierno se alineará con los gobiernos progresistas de países como Chile, Colombia y Brasil.
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