Islandia dio un giro significativo en su dirección política con la formación de un nuevo gobierno liderado por Kristrún Frostadóttir, quien se convirtió en la primera ministra más joven en la historia del país. Este gabinete, compuesto por una coalición entre la Alianza Socialdemócrata, el liberal Reforma y el centroizquierdista Partido del Pueblo, marca un cambio hacia una agenda más progresista con nuevas metas en materia de sostenibilidad, derechos sociales y relaciones internacionales. Por ver está si no surgen diferencias irreconciliables entre los nuevos socios, en cuestiones como la economía, las relaciones con la UE o migraciones.
Un liderazgo renovado y nuevas prioridades
Kristrún Frostadóttir, economista de formación y líder de la Alianza Socialdemócrata, asume el cargo de primera ministra con la promesa de "traer estabilidad y progreso al país". Su nombramiento simboliza una renovación generacional en la política islandesa, al tener apenas 36 años. Los tres partidos que forman parte del nuevo gobierno cuentan con liderazgos femeninos,
El nuevo gobierno ha delineado un programa político con los siguientes objetivos:
- Estabilidad económica: Implementar una gestión financiera estatal sólida para controlar las finanzas públicas, con el objetivo de crear condiciones que permitan la reducción de las tasas de interés. Esto incluye la introducción de una regla de estabilidad y la eliminación del déficit presupuestario. Se priorizará la eficiencia, la simplificación de la administración pública y la consolidación de instituciones, además de mejorar el cumplimiento fiscal y reducir las exenciones en el sistema tributario.
- Política de recursos naturales: Desarrollar una estrategia para el uso sostenible de los recursos naturales, estableciendo tarifas justas por su explotación que beneficien en parte a las comunidades locales. El gobierno promoverá la inclusión de una disposición en la constitución que declare los recursos naturales como propiedad nacional.
- Inversión en infraestructura de transporte: Aumentar la inversión en proyectos de transporte en todo el país, reanudando la construcción de túneles y abordando el mantenimiento pendiente de la red vial. Se llevarán a cabo mejoras significativas en línea con el acuerdo de transporte del área metropolitana.
- Salud y bienestar: Fortalecer el sistema de salud pública mediante la inversión en infraestructura y personal, garantizando el acceso equitativo a servicios de calidad para todos los ciudadanos. Mejorar las pensiones más bajas y Promulgar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
- Educación y formación: Mejorar el sistema educativo con énfasis en la formación profesional y la educación superior, adaptándolo a las necesidades del mercado laboral y fomentando la innovación y el desarrollo tecnológico.
- Vivienda asequible: Implementar políticas que aumenten la disponibilidad de viviendas asequibles, facilitando el acceso a la propiedad y al alquiler a precios razonables, especialmente para los jóvenes y las familias de ingresos medios y bajos.
- Sostenibilidad ambiental: Promover prácticas sostenibles y políticas ambientales que aborden el cambio climático, protejan los ecosistemas y fomenten el uso de energías renovables, alineándose con los compromisos internacionales en materia ambiental, logrando la neutralidad de carbono para 2040.
- Seguridad. Aumentar el número de agentes de política, agilizar los procesos judiciales y facilitar el retiro de protección internacional y deportación de refugiados que cometan delitos graves.
- Otras reformas. Seguir avanzando en materia de igualdad y derechos LGTBIQ+, reformar la ley electoral para reforzar la proporcionalidad y ampliar el apoyo a las artes y la cultura.
Relación con la Unión Europea
Uno de los aspectos más destacados del programa del nuevo gobierno es la promesa confirmada de someter a referéndum, antes de 2027, la posible adhesión de Islandia a la Unión Europea. Esta decisión refleja un consenso entre las tres formaciones políticas que buscan reabrir el debate sobre la integración europea, una cuestión que ha sido polarizadora en el pasado. Sin embargo, aunque existe de acuerdo en relación a someter esta cuestión a votación popular, el Partido del Pueblo ya ha expresado su discrepancia a una posible entrada en la UE, algo que sí defienden socialdemócratas y liberales. Si bien Islandia ya tiene estrechos lazos económicos con la UE a través del Espacio Económico Europeo, el referéndum podría redefinir estas relaciones y tener un impacto significativo en la economía y la política exterior del país. Un grupo de expertos valorará los pros y los contras de la una posible adopción del euro como moneda para contribuir al debate público.
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