Las negociaciones para formar un gobierno en Austria avanzan de manera tensa entre el Partido Popular Austriaco (ÖVP) y el Partido Socialdemócrata (SPÖ), mientras el liberal NEOS, que inicialmente participaba en las conversaciones, ha decidido abandonar el proceso por diferencias con los socialdemócratas. A pesar de este revés, ambas fuerzas mayoritarias han optado por continuar las discusiones, dejando abierta la posibilidad de alcanzar un acuerdo que permita una coalición con una ajustada mayoría absoluta.
Un camino complejo tras el abandono del NEOS
La retirada del liberal NEOS, anunciado en el día de ayer tras semanas de negociaciones infructuosas, supone un golpe significativo para las aspiraciones de conformar una coalición amplia y sólida. Según han informado los medios austriacos, el partido liberal decidió romper las conversaciones debido a diferencias irreconciliables en cuestiones programáticas y a la falta de voluntad, según ellos, de los principales actores para realizar concesiones sustanciales. “Nosotros no seremos parte de un gobierno que no pueda garantizar cambios reales”, declaró un portavoz del NEOS. Las propuestas del partido en cuestiones como la reforma de las pensiones, los ajustes presupuestarios o la fiscalidad fueron rechazadas por los socialdemócratas.
Sin embargo, tanto el ÖVP como el SPÖ parecen decididos a continuar con las negociaciones bilaterales. Este esfuerzo por mantener el diálogo refleja la gravedad de la situación política en Austria, donde ninguna de las formaciones cuenta con mayoría suficiente para gobernar en solitario. Además, de fracasar, el país se conduciría a una repetición electoral en la que la derecha radical del FPÖ, que ya fue el partido más votado en los pasados comicios, podría verse reforzado según las últimas encuestas.
Bábler y Nehammer, los protagonistas del proceso
El canciller Karl Nehammer (ÖVP) y el líder socialdemócrata Andreas Babler (SPÖ) han intensificado las reuniones, con un enfoque en temas clave como el sistema de pensiones, la vivienda y las reformas fiscales. Babler ha subrayado que cualquier acuerdo deberá incluir “medidas claras para reducir la desigualdad y fortalecer el estado del bienestar”. Por su parte, Nehammer busca garantizar que el ÖVP mantenga su influencia en áreas como la política económica y de seguridad. Sin embargo, los analistas advierten que las posturas de ambos partidos siguen estando alejadas en cuestiones fundamentales, lo que podría dificultar un pacto definitivo. Así, la propuesta socialdemócrata en relación a un impuesto sobre el patrimonio ha encontrado un claro rechazo del partido conservador.
Plazos indefinidos y riesgo de nuevas elecciones
A diferencia de otros países europeos, Austria no establece un límite temporal para la formación de un gobierno. Esto ha permitido que las negociaciones se prolonguen indefinidamente, aunque también genera incertidumbre política y económica.
Según informó Die Presse, la ausencia de plazos obliga a los partidos a equilibrar la urgencia de formar gobierno con la necesidad de negociar un programa viable. Sin embargo, la falta de avances concretos ha llevado a algunos sectores a plantear la posibilidad de convocar nuevas elecciones. Las opciones que se plantean en estos momentos son:
- Gobierno ÖVP+SPÖ. Populares y socialdemócratas tendrían una mayoría de 92 escaños, justo la marca de la mayoría absoluta, por lo que en las votaciones en las que toda la oposición se mostrara unida no podría faltar ningún voto de sus filas. Este gobierno, que sería liderado por el actual canciller Karl Nehammer, ha sido muy común a lo largo de la historia del país. Sin embargo, las diferencias entre ambos partidos, especialmente en materia económica, dificultan el entendimiento entre ambos y la estabilidad a largo plazo. Pese a las condiciones establecidas por el SPÖ, para su líder Andreas Babler, una coalición podría ser la mejor opción para su propia supervivencia, ya que su liderazgo estaba ya cuestionado incluso antes del mal resultado en las pasadas elecciones federales.
- Gobierno ÖVP+SPÖ, con apoyo de Los Verdes. Ante la salida de NEOS de las negociaciones, otra opción podría ser la incorporación de Los Verdes, que han gobernado durante estos años con los populares. Sin embargo, las diferencias que han mantenido en este tiempo, tanto en el ámbito económico como en el climático, han distanciado enormemente a ambas formaciones. Además, Los Verdes salieron desgastados de esta alianza, por lo que son reacios a un nuevo acuerdo con los conservadores.
- Gobierno en minoría del ÖVP. Ante la dificultad de alcanzar consensos con los socialdemócratas, los populares podrían optar por un gobierno en minoría, algo raramente visto en Austria. Incorporando al liberal NEOS, con el que tienen mayor afinidad en asuntos económicos, podrían tratar de gobernar mediante acuerdos específicos para cada uno de sus proyectos legislativos con diferentes partidos. Sin embargo, esta no parece una opción probable, dado la inestabilidad que podría conllevar en la política del país.
- Gobierno ÖVP+FPÖ. Populares y derecha radical suman mayoría absoluta, pero el rechazo de sectores de los populares a los planteamientos del FPÖ han dejado de lado esta opción, que ya se dio en los primeros años de Sebastian Kurz como canciller. El FPÖ fue el partido más votado y reclamaba ahora liderar el gobierno, algo que el ÖVP no quiere ceder, dada su posición de fuerza por tener la llave del gobierno, y que el presidente Alexander van der Bellen ha rechazado.
- Nuevas elecciones. En caso de no alcanzar un acuerdo, para lo que no hay un plazo legal definido, el país podría verse enfrentado a unas nuevas elecciones, que podrían reforzar al FPÖ. En este escenario, ha resurgido la figura del ex canciller Sebastian Kurz. Informaciones publicadas por diferentes medios austriacos e internacionales sugieren que sectores del ÖVP barajan la opción de presentar a Kurz como candidato si se convocan nuevos comicios. Aunque su gestión estuvo marcada por controversias, Kurz sigue contando con una base sólida de apoyo entre los votantes conservadores (tanto del ÖVP como del FPÖ). El excanciller, que tuvo que enfrentarse a un proceso judicial por mentir en una investigación parlamentaria sobre la corrupción en su gobierno, podría estar trabajando en una vuelta a la primera línea de la política, ya sea dentro del ÖVP o con su propia lista electoral.
Presiones externas y tensiones internas
El contexto político austriaco también está marcado por la creciente presión de la oposición. Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), ha intensificado sus críticas contra Nehammer y Babler, acusándolos de ser incapaces de ofrecer soluciones reales a los problemas del país. Desde su posición, el FPÖ podría capitalizar el descontento popular en caso de elecciones anticipadas.
Por otro lado, las tensiones también se reflejan en el ámbito regional. El alcalde de Viena, Michael Ludwig (SPÖ), y el líder del FPÖ en la capital, Dominik Nepp, han protagonizado un duro intercambio de declaraciones, ilustrando cómo las divisiones políticas nacionales se replican a nivel local. Todo mientras en unas semanas se celebran elecciones estatales en Burgenland, donde el socialdemócrata Hans Peter Doskozil, conocido por su línea anti-inmigración y que perdió las primarias contra Babler para liderar el SPÖ a nivel federal, buscará consolidar una mayoría absoluta que no parece asegurada.
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