El pasado 16 de enero Vanuatu celebró elecciones generales anticipadas tras la disolución del Parlamento en noviembre de 2024 por el presidente Nikenike Vurobaravu, una medida tomada en vísperas de una moción de censura contra el primer ministro Charlot Salwai. Las elecciones han tenido lugar poco después del devastador terremoto de magnitud 7,3 que sacudió Port Vila a mediados de diciembre. El terremoto y la inestabilidad política de los últimos años han marcado la campaña y el proceso electoral en su conjunto.
En estos comicios, ningún partido obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento de 52 escaños, una situación que dura desde 1987, última mayoría de Vanua’aku Pati (centroizquierda, anglófona), tras lo cual el bipartidismo de este partido y la Unión de Partidos Moderados (centroderecha, francófona), nacido tras la independencia de 1980 frente a Francia y Reino Unido, que controlaban el archipiélago mediante el Condominio de Nuevas Hébridas, fue deteriorándose, aumentando la fragmentación política del país. El Partido de los Líderes de Vanuatu emergió de estas elecciones como principal fuerza política con 9 escaños, seguido por el Vanua’aku Pati, con 7 escaños, y la Unión de Partidos Moderados, que pese a ser la fuerza política más votada, bajó hasta los 6 escaños.
El 27 de enero de 2025, cinco partidos políticos — Líderes, Vanua’aku Pati, Reunificación de Movimientos por el Cambio, Iauko Group y Tierra y Justicia— firmaron un memorando de acuerdo para formar una coalición gubernamental. Esta alianza les otorga más de 30 escaños, superando la mayoría necesaria de 27 en el Parlamento. Un hecho notable de estas elecciones fue la elección de Marie Louis Paulette Milne, ex vicealcaldesa de Port Vila y miembro de la Confederación Verde, como la única mujer en el Parlamento de 52 miembros. De los 216 candidatos que se postularon, solo siete eran mujeres, lo que resalta la persistente infrarrepresentación femenina en la política de Vanuatu.
La participación electoral fue significativa, con un aumento al 69,1 % en comparación con el 44,2 % de las elecciones anticipadas de 2022. Este incremento indica un renovado compromiso cívico, a pesar de los desafíos impuestos por el reciente terremoto y la inestabilidad política. Se espera que el nuevo Parlamento se reúna el 11 de febrero de 2025 para elegir al presidente del Parlamento y al primer ministro. La coalición de cinco partidos, con su mayoría consolidada, se encuentra en una posición favorable para liderar el gobierno y abordar los desafíos que enfrenta la nación, incluyendo la reconstrucción post-terremoto y la búsqueda de una mayor estabilidad política, para la cual se espera aprobar dos modificaciones constitucionales, que obligarán a la renuncia de diputados disidentes y a la incorporación de independientes y a diputados cuyo partido sólo tenga 1 escaño en otros grupos parlamentarios.
El país seguirá con el cambio climático como una de sus principales preocupaciones, ante el temor a la desaparición del archipiélago con el aumento del nivel del mar, y necesitará una mayor ayuda internacional para conseguir la reconstrucción post-terremoto y avanzar en el desarrollo del país. En este sentido, la retirada de ayuda humanitaria a nivel global anunciada por Donald Trump podría beneficiar a China, que ha buscado aumentar su influencia sobre el país a lo largo de los años, con inversiones en infraestructuras y acuerdos de cooperación que han llevado a la defensa de la política de ‘Una sola China’ y a la ruptura de relaciones con Taiwán hace ya 20 años. La creciente influencia china es precisamente fuente de preocupación para otros de los tradicionales socios de Vanuatu, como son Australia y Nueva Zelanda, que deberán seguir renovando su cooperación con el país insular.
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