A cinco meses de asumir el poder, el gobierno islandés liderado por Kristrún Frostadóttir ha logrado consolidar su posición en la opinión pública. Según la última encuesta de Gallup, de finales del mes de abril, los socialdemócratas crecen con respecto a las elecciones de noviembre de 2024 y se consolidan en primera posición con una ventaja de 7 puntos sobre el conservador Independencia, que también repunta.
El gabinete de Frostadóttir, formado el 21 de diciembre de 2024, es una coalición entre la Alianza Socialdemócrata, el Partido Reformista y el Partido del Pueblo, sumando 36 de los 63 escaños del Parlamento islandés. Este gobierno destaca por su composición mayoritariamente femenina, con mujeres al frente de los tres partidos de la coalición y en la mayoría de los ministerios. Además, es la primera vez en la historia de Islandia que coinciden una primera ministra y una presidenta, Halla Tómasdóttir, ambas mujeres.
El nuevo gobierno ha establecido una agenda centrada en garantizar la seguridad habitacional, reducir la pobreza, simplificar el sistema tributario, invertir en infraestructura y fortalecer el sistema de salud. También se ha comprometido a promover la neutralidad climática para 2040 y proteger las zonas marinas. Una de las iniciativas más destacadas es la celebración de un referéndum antes de 2027 sobre la reanudación de las negociaciones para una posible adhesión de Islandia a la Unión Europea.
A pesar del respaldo popular, el gobierno ha enfrentado desafíos, como la dimisión en marzo de 2025 de la ministra de Educación e Infancia, Ásthildur Lóa Þórsdóttir, tras revelarse que, hace más de tres décadas, tuvo un hijo con un adolescente de 16 años cuando ella tenía 23. Aunque la relación fue consentida y legal en su momento, el escándalo generó controversia debido a su rol de autoridad en la relación. Fue reemplazada por Guðmundur Ingi Kristinsson.
En el ámbito internacional, la primera ministra Frostadóttir ha enfatizado la importancia de un debate equilibrado sobre la posible adhesión a la Unión Europea, destacando que la decisión debe basarse en beneficios económicos y culturales, y no en temores geopolíticos. En una entrevista con el Financial Times, señaló que la decisión de retomar las negociaciones de adhesión no debe estar motivada por el miedo, sino por una evaluación positiva de los beneficios económicos y culturales que podría aportar la membresía.
Con estos primeros meses de gestión, el gobierno de Kristrún Frostadóttir ha logrado consolidar su liderazgo y establecer una agenda progresista que parece contar con el respaldo de una parte significativa de la población islandesa. Por ahora, la suma de los partidos de la coalición sigue superando el 50 % de intención de voto. Sin embargo, el crecimiento socialdemócrata a expensas de sus socios, especialmente del Partido del Pueblo, que baja con fuerza, podría contribuir a desestabilizar la coalición a lo largo del próximo año.

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