La oposición al gobierno ultraconservador de Viktor Orbán se mantiene fuerte en Hungría. El primer ministro y líder de Fidesz no consigue repuntar tras años de fuerte y constante desgaste. La corrupción del gobierno y los malos datos económicos registrados en el país en los últimos años habrían conseguido debilitar la base electoral de Fidesz, impulsando al Respeto y Libertad (TISZA) de Péter Magyar, que ha conseguido también unificar a prácticamente toda la oposición. La expectativa de un cambio a manos de TISZA, que consiga dar marcha atrás a las reformas iliberales de Orbán, estaría movilizando a la oposición progresista y centrista, pese a que Magyar proviene del círculo próximo de Orbán, con quien rompió definitivamente a principios de 2024. Magyar ha llamado a formar una unión de izquierdistas, derechistas, conservadores, liberales y socialdemócratas en torno a su candidatura, destacando su búsqueda de unidad nacional y recuperación democrática del país.
De acuerdo con la última encuesta electoral de Medián, TISZA sube 5 puntos desde marzo, colocándose con un 51 % de intención de voto, 17 puntos más que la candidatura unitaria de la oposición en 2022. Fidesz-KDNP, por el contrario, baja hasta el 36 %, acumulando ya una caída de 18 puntos desde las últimas elecciones. Una caída de la que no se aprovecha el ultraderechista Nuestra Patria, que baja ligeramente hasta el 5 %. La centroizquierdista Coalición Democrática se sitúa con un 3 %, en empate con el satírico Perro de Dos Colas (de corte progresista). Jobbik-Conservadores registra apenas un 1 % de intención de voto. Algunos partidos opositores como el liberal Momentum han anunciado su intención de no concurrir a las elecciones para no dividir el voto opositor.

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