Resultado electoral histórico en Bolivia, que tras dos décadas de dominio del izquierdista Movimiento al Socialismo, hasta hace unos años liderado por el expresidente Evo Morales, verá un claro giro político. El centrista Rodrigo Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano, dio la sorpresa en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo y se alzó como el candidato más votado, pese a estar en quinta posición en la mayoría de encuestas. Paz ha representado en estas elecciones una alternativa de oposición al masismo ajena a la derecha tradicional del país. Se enfrentará en el balotaje del 19 de octubre al expresidente conservador Jorge «Tuto» Quiroga, de la Alianza Libre, que quedó en segundo lugar varios casi 7 puntos por encima del liberal Samuel Doria Medina, que quedó relegado al tercer puesto pese a haber liderado múltiples encuestas durante la campaña electoral.
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, y sobrino nieto del también expresidente Víctor Paz Estenssoro, Rodrigo Paz nació en Santiago de Compostela (España) en 1967, al encontrarse su familia en exilio político por la situación de dictadura militar en el país. Su padre fue presidente bajo el centroizquierdista Movimiento de Izquierda Revolucionaria, del cual también formó parte Rodrigo Paz. En su carrera política, ha sido diputado (2002-2010), alcalde de Tarija (2015-2020) y senador (2020-2025). Su actual militancia en el Partido Demócrata Cristiano sitúa al candidato vencedor en el espectro del centro político, si bien, de los programas electorales de estas elecciones era uno de los más progresistas e inclusivos en materia social. A nivel económico, apuesta por un modelo próximo a los valores socialcristianos con su «capitalismo popular», y en lo relativo al modelo político, ha sido muy crítico con la deriva autoritaria del MAS y de Evo Morales, en especial.
Así, con un discurso centrado en la renovación política, la ética pública y la descentralización, Rodrigo Paz ha logrado captar a un electorado cansado de la polarización tradicional entre el MAS y sus opositores conservadores. Paz alcanzó el 32,2 % de los votos, encabezando los resultados con una ventaja suficiente para garantizar su pase al balotaje, muy por encima del 7 % que tenía en las encuestas. Su perfil moderado, de corte socialcristiano y con un fuerte énfasis en la institucionalidad, sedujo especialmente a sectores desencantados con el oficialismo y con la figura de Evo Morales, cuya sombra todavía pesa en el MAS. Así, logró resultados especialmente importantes en los antiguos bastiones masistas. Su éxito tiene que ver con la búsqueda de una tercera vía ante Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, muy vinculados al pasado político del país. El ticket electoral con el expolicía y tiktoker anticorrupción Edman Lara también ha sido situado como una de las principales claves de su victoria, al hacerse con el voto más apático con la política.
Paz deberá enfrentarse en la segunda vuelta al expresidente conservador Jorge «Tuto» Quiroga. Firme opositor del MAS y de Evo Morales, Quiroga presenta un programa mucho más liberal en cuestiones económicas y con un ideario más conservador en asuntos sociales y culturales. Quiroga hizo campaña apelando a la estabilidad, al orden y a la defensa de la inversión privada, presentándose como un dirigente experimentado capaz de encarar los desafíos económicos del país en un contexto de estancamiento productivo y alta conflictividad social. El candidato ha conseguido un 26,8 %, logrando así calificarse al balotaje, tal y como pronosticaban las encuestas electorales.
Quien no logró cumplir con sus expectativas finalmente fue el exministro Samuel Doria Medina, de corte liberal, aunque bajo el partido Unidad Nacional, que forma parte de la Internacional Socialista. Su programa, muy liberal en lo económico, representando una enmienda prácticamente a la totalidad del modelo económico del MAS y con referencias retóricas al proyecto de Milei, con su eslogan ‘100 días, carajo’, no ha conseguido finalmente captar al suficiente voto opositor. Muy por debajo se quedan también el antiguo aliado de Evo Morales, Andrónico Rodríguez, el centroderechista Manfred Reyes Villa y el oficialista Eduardo del Castillo. La apuesta del expresidente Evo Morales por el voto nulo como protesta por su inelegibilidad hizo elevar esta opción de voto hasta el 19,4 %.

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