Tras la ruptura de la coalición por parte del ultraderechista Partido por la Libertad (PVV), Países Bajos entró durante el pasado mes oficialmente en modo de gobierno interino, lo que implica que el ejecutivo se encuentra más limitado en sus funciones. Las elecciones anticipadas se confirmaron para el próximo 29 de octubre, en un contexto de fuerte polarización y reorganización del mapa político, con un claro hundimiento del democristiano Nuevo Contrato Social en favor de un importante crecimiento de la Llamada Democristiana.
Uno de los temas más controvertidos durante el último mes ha sido la aprobación en la Cámara Baja de dos leyes que endurecen significativamente la política de asilo. Las medidas reducen la duración de los permisos de residencia temporal, limitan el derecho a la reunificación familiar y, en una enmienda muy criticada, penalizan la ayuda a personas migrantes sin papeles. Esta última disposición fue rechazada por numerosas autoridades locales, ONG y partidos de izquierda, al considerar que vulnera derechos fundamentales. El Senado deberá decidir sobre su entrada en vigor tras el receso estival.
En paralelo, el gobierno interino presentó un paquete de medidas para aliviar la presión sobre el sistema de acogida, incluyendo reformas en el acceso a la vivienda y el fomento de la autosuficiencia de quienes ya tienen permisos de residencia. Con todas estas medidas, el VVD busca, asumiendo parte de los postulados del ultraderechista PVV, limitar su crecimiento y recuperar votos descontentos con la gestión de la inmigración en el país.
En política exterior, el gobierno neerlandés sorprendió al imponer sanciones a dos ministros israelíes de extrema derecha, a quienes prohibió la entrada al país por incitar a la violencia contra la población palestina. Esta decisión, respaldada por varios socios europeos, se enmarca en la creciente tensión entre la Unión Europea e Israel tras la ofensiva en Gaza.
En este contexto, el PVV de Geert Wilders ha vuelto a caer en intención de voto, situándose con un 18,5 %, ya 5 puntos por debajo del resultado de las elecciones de 2023. El partido ultranacionalista se sitúa así 1 punto por encima del progresista Izquierda Verde/Laborista, que se queda con un 17,5 %, bajando ligeramente en el último mes. La Llamada Democristiana (CDA) sube hasta el 15 % de intención de voto y registra su mejor dato en 16 años, superando al liberal-conservador Libertad y Democracia (VVD), que baja 2 puntos en el último mes hasta el 13,5 %.
En quinta posición se coloca el socioliberal Demócratas 66, que sube hasta el 7 %. En crecimiento se mantiene el ultraderechista JA21, que recoge parte del voto perdido por el PVV. También mejoraría su último resultado electoral la izquierda del Partido Socialista, que se queda con un 4,5 %. Con un 3,5 % se sitúa el izquierdista Partido Animalista. Empatados con un 2,5 % se sitúan el ultraderechista Foro para la Democracia, el ultraconservador religioso SGP, la derecha agrarista del BBB y Denk, izquierda conservadora representante de las minorías musulmanas. Con un 2 % se sitúan la socialcristiana Unión Cristiana y el socioliberal y eurofederalista Volt. El Nuevo Contrato Social apenas mantiene un 0,5 %, pudiendo mantener, como máximo, 1 escaño.

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