REINO UNIDO: Los

El presupuesto de otoño, presentado como pieza clave para estabilizar la economía y contener la inflación, provocó inquietud entre analistas y tensiones dentro del propio Partido Laborista, ante el difícil equilibrio entre las expectativas de cambio prometidas en la pasada campaña electoral y las reformas para afrontar la adversa situación económica que afronta el país. El liderazgo del primer ministro Keir Starmer se mantiene muy debilitado, lo que se manifiesta en un claro retroceso del partido en las encuestas en favor de Reform UK y los Verdes, lo que ha hecho aparecer ya voces dentro del partido, aún minoritarias, que defienden un cambio de líder.

La cuestión migratoria sigue siendo una de las más presentes en la agenda pública, tras el giro tomado por el gobierno laborista. La aprobación de un nuevo marco de asilo y retorno —el más restrictivo en décadas— desató protestas, abrió brechas entre activistas y parte del electorado laborista, e intensificó la polarización social. La oposición conservadora trató de explotar este terreno, aunque sigue atrapada en su propia crisis de liderazgo y en la presión constante que ejerce Reform UK. El partido de Nigel Farage, cada vez más consolidado en feudos post-industriales, continúa condicionando la agenda pública y empuja a los tories hacia un discurso más duro.

El deterioro territorial del Labour también se hizo visible. En Gales, la derrota en la elección parcial de Caerphilly supuso un revés simbólico en un histórico bastión laborista y avivó un choque inédito entre el Gobierno británico y miembros del Labour galés, que acusan a Downing Street de frenar la agenda de devolución de competencias a las naciones constituyentes. El nacionalista Plaid Cymru emerge así reforzado en un contexto donde la cuestión territorial vuelve a ganar protagonismo. En Escocia, el deterioro del Labour escocés también resulta en beneficio principalmente del nacionalista SNP, que podría recuperar buena parte de la representación parlamentaria perdida en las últimas elecciones generales.

De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el derechista radical Reform UK de Nigel Farage se mantiene como primera fuerza política con un 29,5 % de intención de voto, conservando opciones de hacerse con una mayoría absoluta ante la importante fragmentación del voto mostrada actualmente por los sondeos. Sin embargo, el partido retrocede casi 2 puntos en el último mes ante la sucesión de escándalos relativos a comentarios racistas de cargos del partido o vínculos con Rusia, así como incumplimientos de promesas electorales por parte de cargos electos a nivel local en las elecciones de mayo de este año. El Partido Laborista, por su parte, continúa muy débil, aunque repunta ligeramente hasta rondar de nuevo el 20 %, aún casi 14 puntos por debajo del resultado de las elecciones de 2024.

Los conservadores repuntan también en el último mes y se colocan con un 19,5 %, si bien el crecimiento de Reform UK, especialmente en los distritos que votaron Tory en 2024, les dejaría con una representación muy escasa. La izquierda de los Verdes frena su crecimiento en el último mes, si bien continúa en máximos históricos, con un 13,5 %, aprovechando el descontento de amplios sectores del progresismo británico con el actual gobierno de Keir Starmer. Los liberal demócratas no consiguen capitalizar dicho descontento ni la debilidad conservadora y se mantienen con un 12,5 %, un porcentaje similar al de las pasadas elecciones.

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