El Partido Laborista de la primera ministra Jacinda Ardern consigue la mayoría absoluta en las elecciones generales. Los laboristas suben más de 12 puntos y obtienen un 49 % de los votos, su tercer mejor resultado en toda la historia. Los conservadores del Partido Nacional, por el contrario, se hunden hasta el 26,8 %, perdiendo casi 18 puntos respecto a las elecciones de hace tres meses. La derecha libertaria de ACT sube con fuerza hasta el 8 % y se convierte en tercera fuerza, superando por la mínima a los Verdes, que suben hasta el 7,6 %. El Partido Mãori, de orientación centroizquierdista, consigue entrar con 1 escaño.
Fuera del Parlamento quedan el populista Nueva Zelanda Primero, cuyo líder Winston Peter, vicepresidía el ejecutivo de Ardern, que se hunde hasta el 2,7 %. El Nuevo Conservador sube hasta el 1,5 % y el centrista TOP baja hasta el 1,4 %.
Este resultado permitirá a los laboristas gobernar en solitario con una cómoda mayoría absoluta de 64 escaños (+18). También suponen un avance de la izquierda (de 54 a 75 escaños) y un retroceso de la derecha (de 57 a 45). Estas elecciones suponen un nuevo hito en el fenómeno Ardern. Los laboristas venían en 2014 de obtener uno de sus peores resultados, con un 25,1 %. De cara a las elecciones de 2017, la situación pintaba igual: los laboristas rondaban el 25 % dos meses antes de los comicios. El 1 de agosto de 2017, mes y medio antes de las elecciones, Ardern fue elegida líder del laborismo. Tras la campaña, consiguió dejar al partido en un 36,9 %, permitiendo formar gobierno con NZ Primero y Verdes. Durante estos años, los laboristas crecieron ante la buena valoración de la gestión del gobierno y el liderazgo de Ardern. Pero en estas elecciones también ha jugado un papel importante la gestión de la pandemia. Antes del Covid-19, los laboristas rondaban el 41-42 % de intención de voto. Finalmente, han conseguido ganar con un 49 %.
Be the first to comment