Ayer hubo elecciones parlamentarias en Islandia. El Partido Progresista sube con fuerza y contará con una gran fuerza en la negociación del próximo gobierno. De hecho, con estos resultados es bastante probable que acaben liderando el próximo ejecutivo. El liberal-conservador Independencia se mantiene como primera fuerza, algo que ha sido siempre desde la independencia en 1944 (con la excepción de las elecciones de 2009). Sin embargo, el crecimiento de Progresista, que consiguió un gran impulso en la recta final de la campaña, quedando finalmente como segunda fuerza, hace que sean los ganadores reales de estas elecciones.
Independencia obtuvo un 24,4 % del voto, ligeramente por debajo del dato de 2017, y mantuvo sus 16 escaños. Progresista creció hasta el 17,3 % y pasó de 8 a 13 escaños, su mejor resultado desde 2013. La Izquierda-Verde, el tercero de los miembros de la actual coalición de gobierna, baja hasta el 12,6 %. Su participación en el gobierno junto a Independencia les pasa factura y se dejan 3 escaños, situándose con 8. La Alianza Socialdemócrata decepciona con sus resultados y obtiene un 9,9 %, perdiendo 1 escaño hasta los 6. El Partido del Pueblo, que peleaba en principio por superar la barrera electoral, sube hasta el 8,8 % y pasa de 4 a 6 escaños. El Partido Pirata obtiene un 8,6 % del voto y mantiene sus 6 escaños. El liberal Reforma sube hasta el 8,3 % y alcanza los 5 escaños. El populista Partido de Centro se hunde hasta el 5,4 %, pero supera la barrera y retiene 3 escaños. El Partido Socialista consigue un 4,1 % en sus primeras elecciones, no obteniendo finalmente representación.
Así, los partidos de la actual coalición de gobierno suman un 54,3 % del voto (+1,5 respecto a 2017), un resultado mucho mejor del esperado. Los sondeos indicaban que iban a estar rondando la mayoría absoluta. Sin embargo, finalmente la han superado ampliamente, pasando de 35 a 37 escaños. Por tanto, Independencia, Progresista e Izquierda-Verde podrían repetir la coalición, si así lo desean. No obstante, la caída de Izquierda-Verde es un mensaje claro de que el electorado de izquierdas ha penalizado la participación en una coalición con Independencia y podría ser motivo para que no se repita. Por otro lado, con estos resultados, Izquierda-Verde ya no podría liderar en ningún caso el gobierno y probablemente el cargo de primer ministro pasaría a manos de Progresista.
Durante esta campaña, los temas fundamentales han sido la sanidad, la economía y el clima. En cuanto a la sanidad, los hospitales islandeses se enfrentan a falta de medios y largas listas de espera. Así, los partidos debaten sobre cómo mejorar el servicio, proponiendo la izquierda un aumento de los recursos públicos y la derecha, una privatización de la gestión. En cuanto a la economía, se ha debatido el sistema de cuotas de la pesca y la fiscalidad, con la izquierda prometiendo unos mayores impuestos. Otro de los temas ha sido el cambio climático, al ganar preocupación de la ciudadanía por las altas temperaturas experimentadas estos años. Por último, también han aparecido dos temas eternos y con menor presencia en el debate público: la integración en la UE (que la mayoría de partidos rechaza) y la reforma de la Constitución (hace años se elaboró un borrador, que finalmente no se aprobó).
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