Hoy, miércoles 6 de octubre, la sede del Partido Popular austriaco del canciller Sebastian Kurz ha sido registrada por la policía. Esto se enmarca dentro de una investigación sobre la posible utilización de fondos públicos entre 2016 y 2018 para pagar al diario Öesterreich con el objetivo de conseguir noticias y encuestas favorables al partido. También se han realizado registros en los despachos y domicilios de tres ayudantes de Kurz.
Esto se produce en medio de otra investigación que afecta a Kurz. La fiscalía le acusa de perjurio, por supuestamente haber mentido ante una comisión parlamentaria que investigaba la corrupción del Partido Popular. Tras comparecer ante la justicia, se deberá decidir si se le imputa formalmente.
Los partidos de la oposición, los Socialdemócratas (SPÖ), el liberal NEOS y el ultraderechista FPÖ, piden la dimisión de Kurz y han pedido una sesión extraordinaria del Parlamento para informar sobre la investigación. De continuar con los escándalos, especialmente si Kurz acaba siendo imputado (nunca un primer ministro austriaco en ejercicio lo ha sido), sus socios de Los Verdes podrían romper la coalición, lo que probablemente conduciría al país a unas elecciones anticipadas. Estas elecciones podrían, por otro lado, traer cambios ante la posible aparición de dos nuevos actores en el Parlamento: los comunistas del KPÖ, impulsados por su victoria en Graz, y los antivacunas del MFG, impulsados por su entrada en el Parlamento de Alta Austria.
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