La dimisión del popular Sebastian Kurz como canciller ha supuesto un auténtico terremoto en la política austriaca. La entrada de la policía en la sede del Partido Popular para investigar los pagos de ministerios del ÖVP a un medio para que publicara noticias y encuestas favorables a Kurz precipitó su dimisión, después de que hasta sus socios verdes lo solicitaran. Tras este suceso y la marcha de Kurz, que, sin embargo, sigue como diputado y líder del partido, hunde al partido hasta los niveles previos a su elección como presidente del partido, en mayo de 2017.
De acuerdo con la última encuesta electoral de Peter Hajek, el ÖVP baja 11 puntos desde junio y se coloca con un 23 %, mismo porcentaje en el que se sitúan los Socialdemócratas, cuyos apoyos no varían. El ultraderechista FPÖ recoge parte de la caída popular y se coloca con un 20 %. Sin embargo, los más beneficiados han resultado ser los Verdes, socios de gobierno del ÖVP, que crecen 5 puntos hasta el 16 %. El liberal NEOS se mantiene estable con un 12 % de intención de voto. El antivacunas MFG irrumpe con un 4 %, porcentaje que de superar le permitiría entrar en el Parlamento federal.
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