Los socialdemócratas ganaron las elecciones estatales de Baja Sajonia por segunda vez consecutiva y podrán encadenar una tercera legislatura en el gobierno. Baja Sajonia es el cuarto estado más poblado de Alemania (8 millones de habitantes). La popularidad del ministro-presidente Stephan Weil, el preferido para el puesto por el 55 % de los ciudadanos del estado, contribuyó decisivamente para la victoria del SPD, aunque no evitó cierta caída respecto a 2017. Pese a todo, el crecimiento en las últimas semanas de campaña, desde el 30 % hasta superar finalmente el 33 %, evidencia la importancia que ha tenido el candidato. Los socialdemócratas, que desde 2017 gobiernan con los democristianos, podrán volver a hacerlo con Los Verdes (así fue de 2013 a 2017), con los que sumarán la mayoría absoluta.
Los democristianos bajaron con más fuerza que el SPD y registraron sus peores resultados electorales en el estado desde 1955. El candidato de la CDU, durante estos años vicepresidente del estado, anunció su dimisión tras conocerse la derrota. En el lado derecho, el ultraderechista AfD fue el gran triunfador de la noche, subiendo 5 puntos de voto y doblando su representación. Este es un gran resultado para la formación teniendo en cuenta que Baja Sajonia es un estado occidental y con unos datos económicos y de empleo buenos en comparación con otros territorios del país.
También doblaron sus resultados Los Verdes, que crecieron casi 6 puntos y pasaron de 12 a 24 escaños. Los Verdes, además, podrán volver al ejecutivo tras 5 años en la oposición. Este resultado va en la línea con el crecimiento que está experimentando la formación progresista a nivel federal. Por su parte, el liberal FDP se quedó tres décimas por debajo de la barrera electoral del 5 %, por lo que no tendrá representación en el próximo Landtag. El desgaste liberal por su participación en el gobierno federal es claro en las encuestas federales y este resultado es una prueba más de ello. La salida del FDP del parlamento estatal supone una mala noticia para la coalición de Olaf Scholz, puesto que podría hacer aumentar la inquietud en las filas del FDP, favoreciendo una mayor inestabilidad política.
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