El multiétnico FijiFirst, partido de Frank Bainimarama, que llegó a primer ministro tras el golpe de Estado de 2007, pierde la mayoría. El nacionalista étnico fiyiano SODELPA decidirá el próximo gobierno, pese a su hundimiento electoral. Sus reclamaciones van en el sentido de defender al grupo étnico fiyiano, con más recursos para ‘asuntos indígenas’; la restitución del Gran Consejo de Jefes, abolido por Bainimarama y que tenía entre sus funciones la elección del presidente y parte del Senado; la defensa de Fiyi como nación cristiana y el establecimiento de una embajada en ‘Tierra Santa’, en Jerusalén; y la gratuidad de la educación superior y la condonación de la deuda estudiantil.
Tras sus victorias electorales en 2014 y 2018, FijiFirst ha vuelto a quedar como primera fuerza, pero esta vez sin mayoría parlamentaria. El nacionalista fiyiano Alianza Popular, escisión de SODELPA liderada por el líder y candidato de este partido en las elecciones de 2018, Sitiveni Rabuka. Rabuka fue el instigador de los golpes del nacionalismo fiyiano de 1987 y también participó en el de 2000.
FijiFirst bajó en estas elecciones más de 7 puntos hasta el 42,6 % y se hizo con 26 escaños, 1 menos que en 2018 pese al aumento en 4 del número total que componen el Parlamento. Alianza Popular se hizo con el 35,8 % del voto, entrando con 21 escaños. La Federación Nacional, que aunque es de centroizquierda y multiétnica está coaligada con Alianza Popular, queda tercera con un 8,9 % y obtiene 5 escaños. SODELPA se hunde hasta el 5,1 % y mantiene apenas 3 escaños. Unidad, liderado por el exgobernador del banco central del país, obtiene un 2,8 %, insuficiente para conseguir representación. Tampoco entra en el Parlamento, pese a su crecimiento, el Partido Laborista, que hasta el golpe de 2006 tenía un papel relevante en la política nacional, consigue un 2,7 % del voto.
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