La primera vuelta de las elecciones presidenciales de Maldivas, convertidas en una especie de referéndum sobre la influencia de India en el país, dejaron una sorprendente victoria para la alianza opositora formada por los islamistas Congreso Nacional Popular y Partido Progresista, con una posición más favorable a China. El actual presidente, que llegó al poder en 2018, perdió casi 20 puntos respecto a las elecciones presidenciales de ese año. Las divisiones internas dentro de su partido, que sufrió una escisión liderada por el expresidente Mohamed Nasheed, que fue el tercer candidato más votado con un 7 % del voto, y los insuficientes resultados en su campaña anticorrupción, podrían ser algunos de los motivos de su amplio desgaste electoral en estos años.
Estas elecciones, las cuartas presidenciales celebradas democráticamente (las primeras fueron en 2008), la participación cayó casi 10 puntos, situándose por primera vez por debajo del 80 % (una marca que sí se ha registrado, sin embargo, en elecciones parlamentarias). Mohamed Muizzu, candidato del Congreso Nacional Popular, se situó en cabeza en la primera vuelta, con un 46,1 % del voto. El actual presidente Ibrahim Mohamed Solih se quedó con un 39 % de los votos, 7 puntos por debajo. El expresidente y hasta hace unos meses dirigente del Partido Demócrata, Mohamed Nasheed, quedó tercero con un 7 %. La ruptura con el actual presidente se produjo mayormente por las discrepancias en cuanto a la reconfiguración del sistema político del país hacia un parlamentarismo, que Nasheed defiende.
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