La Dirección-Socialdemocracia (Smer-SD) del ex primer ministro Robert Fico se impuso finalmente en las elecciones parlamentarias. Pese a que los sondeos a pie de urna apuntaban a una victoria del socioliberal Eslovaquia Progresista, finalmente nos fuimos a un escenario más próximo al que indicaban las últimas encuestas electorales publicadas durante la campaña. El Smer-SD salió del gobierno en 2020 con la victoria del centroderechista OL’ANO, cuyo gobierno fue realmente convulso por la gestión de la pandemia y problemas entre los socios del ejecutivo. Ahora, vuelve a quedar primero con un 22,9 % de los votos y 42 escaños, mejorando los resultados de 2020.
Fico, ganador de estas elecciones, fue primer ministro de 2006 a 2010 y de 2012 a 2018, teniendo que dimitir por su involucración en el asesinato de un periodista que investigaba las conexiones entre políticos y empresarios implicados en casos de fraude fiscal. La figura de Fico resulta altamente divisiva en la sociedad eslovaca, manteniendo su popularidad entre ciertos sectores. Por el contrario, para el centro y centroderecha, Fico representa su antítesis política. Con Fico en el liderazgo, Smer-SD ha adoptado posiciones muy conservadoras y nacionalistas, aunque se mantiene en la izquierda en cuestiones económicas. Esto le ha hecho estar próximo a formaciones de la extrema derecha, con las que ya colaboró en sus anteriores etapas de gobierno. Además, en esta campaña electoral, Fico se ha presentado prometiendo acabar con la ayuda a Ucrania, profundizando así en los posicionamientos prorrusos del partido. Pese a esta posición ideológica, Smer-SD se mantiene aún dentro del Partido Socialista Europeo, aunque es mal visto por sus partidos hermanos.
Así, los socialdemócratas se ven actualmente más próximos a la Voz-Socialdemocracia (Hlas-SD), escisión liderada por Peter Pellegrini, que sucedió a Fico como primer ministro en 2018. Esta formación presenta un discurso más moderado en todos los ámbitos, no descartando cooperar con formaciones del centro y centroderecha. Hlas-SD, que integró antes de las elecciones al centrista Buena Elección (DV), ha quedado como tercera fuerza con un 14,7 % del voto y 27 escaños, convirtiéndose en la llave del gobierno. Cualquier ejecutivo deberá pasar por Pellegrini, que ya reafirmó esta posición durante la campaña y que podría llegar a pedir el puesto de primer ministro para cerrar un acuerdo. Sin embargo, la coalición más natural y mejor vista por sus votantes sería con Smer-SD y SNS. Tras conocerse los resultados, Hlas-SD ya se ha mostrado con disposición a iniciar conversaciones con Smer-SD, aunque durante la campaña sí han declarado su rechazo a que Fico sea de nuevo jefe de gobierno.
Eslovaquia Progresista se alzó como principal partido del espectro democrático-liberal, con un 18 % del voto y 32 escaños. El PS ganó abrumadoramente en las principales ciudades y en el voto exterior, este último con más del 61 % del voto. En las últimas elecciones parlamentarias no consiguió representación y durante la mayor parte de la legislatura ha sido quinta fuerza (o peor) en las encuestas. Sin embargo, en los últimos meses, el PS creció con fuerza, polarizando con Fico. Así, buena parte del voto liberal que apoyó a OL’ANO en 2020, ha ido en estas elecciones al PS, que presenta posiciones progresistas en lo social y centristas en lo económico. El PS, tras las elecciones, ya ha declarado que harán todo lo posible por evitar un gobierno de Fico, planteando la posibilidad de una coalición alternativa, que tendría incluso más apoyos que la defendida por Smer-SD.
Por tanto, tras las elecciones parlamentarias se abrirá un proceso de negociaciones en el que Hlas-SD podrá decidir hacia dónde se oriente el gobierno de Eslovaquia. Una coalición de Smer-SD, Hlas-SD y SNS sumaría mayoría, con 79 escaños. También sumaría mayoría una coalición que sustituyera a SNS por el algo más moderado, aunque muy conservador, KDH, que, sin embargo, ha descartado pactar con Smer-SD. Como alternativa a esta coalición se podría plantear una de PS, Hlas-SD, KDH y SAS, que sumaría 82 escaños. Aunque muy diversa ideológicamente, no existen vetos cruzados entre estas formaciones políticas. La incorporación del centroderechista OL’ANO, aunque podría servir para sustituir a cualquiera de estos partidos y reforzar la mayoría alternativa, parece complicada por el rechazo existente hacia su líder Igor Matovič.
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