La centroderechista Unidad Nacional, liderada por el ex primer ministro alterno Benny Gantz, se sitúa como claro líder de las encuestas de intención de voto. La popularidad de Netanyahu, ya dañada por su intento de reforma judicial, que comprometía el sistema democrático israelí, se resiente aún más tras la guerra con Hamás. Unidad Nacional, que entró en el gobierno de forma excepcional mientras dure la guerra, capitaliza el descontento hacia Netanyahu y sumaría casi tanto apoyo como los integrantes del ejecutivo preguerra. La derecha secularista de Yisrael Beitenu y el ultraderechista Poder Judío también se refuerzan en el último mes, mientras que el liberal Yesh Atid, que lidera la oposición, sigue retrocediendo en las encuestas.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, Unidad Nacional se situaría con 40 escaños si hubiera elecciones en estos momentos, lo que le permitiría sumar mayoría con otras formaciones como Yisrael Beitenu y Yesh Atid. El Likud de Netanyahu cae y se sitúa con una estimación de 18 escaños, 14 por debajo de lo que obtuvo en las elecciones del año pasado. Yesh Atid también retrocede y se quedaría con 14 parlamentarios en la Knéset. Yisrael Beitenu sube hasta los 9 escaños estimados, empatando con el ortodoxo Shas. El ordoxo askenazí UTJ empata a 7 escaños con el kahanista Poder Judío. La Lista Árabe Unida, el izquierdista árabe Hadash Ta’al y el izquierdista Meretz se sitúan empatados a 5 escaños. En el borde de la barrera electoral se sitúa el ultranacionalista Partido Religioso Sionista y algo por debajo, con casi un 2 % de intención de voto, se mantienen los laboristas.
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