Las elecciones generales del 28 de febrero de 1974 en Reino Unido dejaron una Cámara de los Comunes sin mayoría. El desgaste del gobierno conservador y la falta de crédito de la oposición laborista dejaron una situación de imposible gobernabilidad, desembocando en unas nuevas elecciones en el mes de octubre.
Apenas 4 años después del inicio del gobierno conservador de Edward Heath, que trató de deshacer las políticas de los pasados gobiernos laboristas, los votantes de Reino Unido eligieron a un parlamento sin mayorías, el primero desde 1928. Después de esta ocasión, esto sólo se ha producido en 2010 y 2017. La situación de crisis económica en el país, consecuencia de la crisis del petróleo en el contexto de la Guerra de Yom Kipur entre Israel y países árabes como Egipto y Siria, fue clave en la derrota conservadora. Las elecciones se produjeron en un contexto económico de estanflación, con un alza de precios que llegó a superar los dos dígitos. Esta situación, junto a las reformas antisindicales promovidas por el gobierno de Heath, aumentaron la conflictividad laboral y el malestar social.
Los laboristas de Harold Wilson, que había sido primer ministro de 1964 a 1970, no lograron situarse como alternativa de gobierno en este contexto de desgaste del gobierno conservador. En estas elecciones, tanto conservadores como laboristas perdieron apoyos, permitiendo un gran crecimiento del Partido Liberal de Jeremy Thorpe, que logró conectar con los votantes ante el desencanto con los dos grandes partidos. El gran crecimiento liberal, hasta situarse por encima del 19 %, no se vio apenas reflejado en la representación parlamentaria, consiguiendo apenas 14 escaños, debido al sistema electoral. Precisamente, la reforma electoral fue una de las banderas del partido en estas elecciones, defendiéndola como condición para apoyar un gobierno conservador, algo que los tories rechazaron.
Las elecciones mantuvieron al Partido Conservador como partido más votado con el 37,9 % frente al 37,2 % laborista. Sin embargo, una mejor distribución del voto laborista en estas elecciones dejaron al partido izquierdista con una mayor representación: 301 escaños frente a los 297 tories. Al no conseguir ninguno de los partidos la mayoría absoluta, Edward Heath intentó formar gobierno, buscando un acuerdo con el Partido Liberal.
Las diferencias entre ambas formaciones, en cuestiones como la reforma electoral, evitaron un pacto que, además, necesitaba el apoyo de los unionistas de Irlanda del Norte. Este apoyo era complicado en el contexto de estas elecciones, ante el descontento en este sector político por el Acuerdo de Sunningdale, firmado en diciembre de 1973, con el que se buscaba un poder compartido en la región entre unionistas y nacionalistas. Los unionistas consiguieron un gran resultado en las elecciones como consecuencia del rechazo al acuerdo, auspiciado por el gobierno conservador.
Ante la incapacidad de asegurar el apoyo necesario para formar un gobierno viable, Edward Heath renunció a su intento de continuar como Primer Ministro. Tras la renuncia de Heath, la Reina Isabel II invitó a Harold Wilson, líder del Partido Laborista, a formar un nuevo gobierno. Wilson se convirtió en primer ministro el 4 de marzo de 1974, encabezando un gobierno laborista en minoría. Este gobierno se mantuvo en el poder hasta octubre de 1974, cuando se convocaron nuevas elecciones generales en un intento por obtener una mayoría clara, resultando en una mayoría laborista que permitió a Wilson continuar como primer ministro. Edward Heath fue reemplazado en el liderazgo conservador por Margaret Thatcher.
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