Continúa el bloqueo en Bulgaria. En los últimos tres años la política del país ha estado dominada por el bloqueo ante las dificultades para formar gobiernos. Todo empezó en abril de 2021, cuando las elecciones dejaron un importante descenso del conservador GERB-SDS de Boyko Borisov. Debilitado por la crisis de la pandemia y la corrupción del gobierno, que provocó importantes protestas en el país, perdió 7 puntos de voto y 20 escaños respecto a 2017, aunque se mantuvo como fuerza más votada.
El gran malestar en Bulgaria ante la corrupción del gobierno llevó a la entrada en escena de nuevos partidos políticos que cogieron la bandera anticorrupción. Tales son los casos de la derecha populista de Existe Tal Pueblo, que irrumpió en esas elecciones en segunda posición con un 17,4 % del voto; del progresista Levántate, Mafia Fuera, que entró con un 4,7 %, o de la alianza liberal Bulgaria Democrática, formada por partidos minoritarios ya establecidos y que entró con un 9,3 %. La mayor fragmentación partidista, la desintegración del socio de gobierno del GERB-SDS (la derecha radical de Patriotas Unidos) y la mayor aversión del resto del arco parlamentario hacia el partido gobernante, en consonancia con el clima social. Ese año hubo otras dos elecciones: en julio, donde Existe Tal Pueblo se destacó en primera posición, y en noviembre, donde el centrista Continuemos el Cambio consiguió la victoria. Después de esas elecciones, esta alianza formó un gobierno presidido por su líder Kiril Petkov y con la participación de el Partido Socialista, Existe Tal Pueblo y Bulgaria Democrática. Sin embargo, en el mes de junio, apenas medio año después, Existe Tal Pueblo salió del gobierno y votó la censura del gobierno, al rechazar el levantamiento del veto a la entrada de Macedonia del Norte en la Unión Europea.
En octubre de 2022, se celebraron unas nuevas elecciones legislativas, esta vez ganadas por el GERB-SDS, ante el descenso de Continuemos el Cambio, debilitado tras su medio año en el gobierno, especialmente por políticas impopulares como las negociaciones con Macedonia del Norte. Sin embargo, el principal damnificado con las elecciones fue Existe Tal Pueblo, que perdió su representación, poco más de un año después de haber ganado las elecciones. La imposibilidad para formar un nuevo ejecutivo llevó a una nueva convocatoria electoral, en abril de 2023. Ganadas por estrecho margen por el GERB-SDS frente a una alianza de Continuemos el Cambio y Bulgaria Democrática, se formó una coalición entre ambas agrupaciones políticas. La coalición, que era un gobierno de rotación en el que correspondía la jefatura del gobierno a Continuemos el Cambio en los primeros 9 meses, acabó por caer también al finalizar este periodo. En el momento en el que se tuvo que producir la renovación, el desacuerdo entre estos grupos políticos forzó una nueva convocatoria electoral, en junio de 2024. En estos comicios, GERB-SDS se mantuvo como primera fuerza y la coalición de Continuemos el Cambio y Bulgaria Democrática (PP-DB) sufrió un importante retroceso, siendo superada por el centrista Movimiento por los Derechos y Libertades, representante de la minoría turca del país.
Así es como llegamos a estas nuevas elecciones. La falta de acuerdo para formar gobierno tras la votación de junio ha obligado a una nueva repetición electoral: las séptimas elecciones desde 2021. De acuerdo con la última media de encuestas, el conservador GERB-SDS podría mantenerse en primera posición con un resultado similar al de junio. La segunda posición estaría muy disputada entre el DPS y el PP-DB, que estarían apenas un par de puntos por encima del ultraderechista Renacimiento. El Partido Socialista sigue sin tocar fondo y Existe Tal Pueblo se situaría cerca de volver a caer por debajo de la barrera electoral. El ultraderechista Grandeza, que sorprendió en las pasadas elecciones, podría quedarse sin representación esta vez.
La crisis política que vive Bulgaria desde hace años está favoreciendo el cansancio de los ciudadanos búlgaros, hartos de la situación de inestabilidad política. La continua convocatoria de elecciones dejan al país en la parálisis, sin apenas producción legislativa y con una menor posibilidad de atajar los problemas ciudadanos con políticas públicas. Además, a esto se le suma el coste de estas elecciones. Desde 2021, la organización de procesos electorales ha costado al país ya 260 millones de euros. La desconfianza de la ciudadanía búlgara ante la política se traduce también en que un tercio apoye públicamente la idea de un régimen autoritario en el país, así como en una decreciente participación electoral, que en junio se situó en apenas un 33,4 %, un nuevo mínimo histórico.
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